Democracia y debate | CFE

Columnas Opinión de Salvador Ávila

Que no, que no ha subido la luz, que lo que ha subido es la temperatura, que él paga poco, tiene paneles solares en su casa, que hay que aguantar, que hay que gastar menos, en pocas palabras que los altos pagos en los recibos de luz en Sonora, es culpa de los sonorenses, así que nada de andarse quejando.

La total y absoluta insensibilidad de los funcionarios de la Comisión Federal de Electricidad queda de manifiesto en sus palabras, en sus respuestas, en su actitud frente al dolor, la desesperación e incluso ante la muerte, sí, la muerte de sonorenses que han perecido a causa del calor, estamos según la ONU en la era de la ebullición, pero a la Comisión, sólo le importa que se pague y que se pague a tiempo, de buen modo y de buena gana.

 

Que no, que no es verdad que la gente se esté quejando, también comentan, que ahora hay menos quejas que antes. Lo que es verdad es que cuando vas al módulo de la CFE no te quieren recibir la queja, apenas y te escuchan y la atención de terrible.

El comportamiento de los empleados de una oficina, es el reflejo del jefe y en este caso es Manuel Bartlett el jefe, el carismático, agradable y de buen carácter Bartlett, artífice de la caída del sistema, ex priista y ahora morenista purificado por las aguas benditas por la mano de Andrés.

Por otra parte ninguna autoridad local defiende a los usuarios, la Unión de Usuarios, es una voz en el desierto con Ignacio Peinado al frente, que hace lo que puede y se agradece, el Pato de Lucas ha levantado la voz, también presidente del PRI, Rogelio Díaz Brown, pero el Gobernador dice que sus gestiones darán resultado hasta el año que viene, dos meses más de subsidio, pero, pero, pero… ¿y hoy? Que va a pasar con las personas que tienen que decidir entre comer y pagar la luz.

La voz popular, la voz del pueblo que es sabio y bueno, dice que es la Comisión Federal de Electricidad una caja que se está usando y se va a usar para los procesos electorales de Morena.

Finalmente, parece que a quienes se les paga para que nos atiendan, nos brinden un buen servicio, son nuestros enemigos. La obligación de los empleados de la CFE es con su jefe y no con los mexicanos. No debería ser así, pero así es, los recibos de luz dan fe de todo lo que digo y la displicencia de los trabajadores también.