Democracia y debate | Hacer trampa, síndrome Madrazo

Columnas Opinión de Salvador Ávila

Jorge Méndez, es un buen amigo que conozco desde hace muchos años, él originario de Chiapas con quien coincidimos en muchas y muy interesantes tareas sindicales, Jorge además se daba tiempo para correr, le entró el vicio de las carreras, este virus le dio tan fuerte que un día nos comentó que quería correr maratones, lo logró y en qué forma, ha corrido 26 maratones, el de la CDMX en 8 ocasiones, también ha corrido en Chicago, Nueva York y Miami, tiene en espera, en su mira personal el de París, Roma, Berlín, “antes de morirme me gustaría correr en Maratón, Grecia”, me comenta.

Siendo Jorge una persona que corre por gusto, por placer, además de ser disciplinado, le hablé, para que me contara y explicara algo muy simple y complejo al mismo tiempo ¿por qué correr un maratón? Y en segundo lugar y a la sombra de los lamentables hechos en el pasado maratón de la CDMX en el cual miles de corredores serán sancionados por hacer trampa, también preguntarle ¿por qué hacer trampa en un maratón?

“Correr un maratón es un desafío, es un reto personal, darte cuenta de tu propia capacidad, al menos una vez en la vida hay que correr un maratón, si esto es para ti, lo vas a repetir, en caso contrario no volverás, pero ya viviste la experiencia. Durante los 42 kilómetros con 195 metros, que es la distancia oficial del maratón, te permite en todas las etapas hacer un replanteamiento de tu propia vida, esa es una gran satisfacción. En el recorrido vas a toparte con La Pared, que es el proceso donde se te agota toda la reserva de energía y el cerebro manda señales de detenerte, vienen los pensamientos negativos, esos pensamientos duran segundos, donde el cerebro entiende que no hay azúcar, pero el corredor se sigue moviendo, así que manda grasa, esto pasa del kilómetro 28 al 34, este cambio de pensamiento se da en función de cada organismo, dos o tres minutos, algunos abandonan y otros seguimos adelante.

Los que no corren completo el maratón es una falta de respeto al propio evento, a la CDMX, una falta de respeto directa al maratón de la CDMX, deciden que pueden hacer trampa en la CDMX y no en Nueva York, Boston, Chicago, etc. Que estos tramposos se inscriban en estos eventos en USA y sólo corran la mitad y suban su foto presumiendo la medalla (reta a los tramposos)”.

Recordemos a Roberto Madrazo en el maratón de Berlín, quien que quedó exhibido por hacer trampa.

“La mejor organización y logística de la historia de los maratones en México y en la CDMX fue con Miguel Mancera, a quien le gustaba el deporte y logró destacar en participación y buenos resultados”. Termina con esta idea mi buen amigo Jorge, a quien le agradezco el tiempo para regalarme su conocimiento en la materia.

Hacemos trampa, hacen trampa porque pueden, porque saben que no habrá castigo, en un país donde la impunidad es mayor al 90% el riesgo de pagar por hacer lo indebido es muy poco, el ser sorprendido, castigado, sancionado, llevado a juicio y sentenciado es realmente bajo. Así que se hace trampa porque seguramente no pasará nada y se va creciendo en la triste cultura del autoengaño.

Vivimos en un país donde para el titular del Ejecutivo federal la ley es un cuento, antes un político que quiso ser presidente como Roberto Madrazo hizo trampa en un evento internacional, es triste, pero lo que vemos es lo que hemos sembrado durante años y años.

Vivir en la mentira, en el engaño, al margen de la ley.