El debate del martes por la noche será el más importante de la carrera política de la vicepresidenta Kamala Harris, ofreciéndole su mayor audiencia hasta el momento, mientras el país intenta saber más detalles sobre qué tipo de presidenta podría ser.
El expresidente Donald Trump llega al debate con la esperanza de superar un verano difícil. Harris ha acortado distancias en las encuestas desde que sustituyó al presidente Joe Biden como candidata del Partido Demócrata, y el martes puede ser una de las mejores oportunidades de Trump para revertir ese impulso antes de que los estadounidenses comiencen la votación anticipada.
Los colaboradores y partidarios de Harris quieren que provoque al expresidente para que despotrique de manera incoherente. El equipo de Trump quiere que vuelva a centrar la conversación en tres áreas que consideran terreno ganado: la economía, la inmigración y el caos global.
Sin más debates programados entre Harris y Trump, el enfrentamiento se perfila como uno de los 90 minutos más cruciales que la política estadounidense ha visto en generaciones.
Estos son los factores a los que hay que prestar atención:
¿Trump podrá contenerse?
Los asesores del expresidente tienen tatuado en la memoria el primer debate de 2020, en el que un Trump sudoroso y confundido por la covid despotricó y desvarió, interrumpiendo a Joe Biden y perdiendo el interés de tantos votantes que sus encuestas descendieron notablemente tras el debate.
Trump sabe que le fue mal en ese debate y lo ha reconocido en privado, según sus colaboradores. Sin embargo, a sus asesores les sigue preocupando que no pueda contener su hostilidad hacia Harris. La última vez que Trump debatió con una mujer fue Hillary Clinton, su rival en 2016. La llamó “mujer desagradable” y la acosó en el escenario. Sin embargo, sus asesores pensaron que para los estándares de Trump, estuvo relativamente tranquilo.
A los colaboradores de Harris les encantaría que la versión 2020 de Trump apareciera el martes por la noche.
¿Qué efecto tendrán los micrófonos apagados?
Los colaboradores de Harris intentaron cambiar las reglas del debate para que los micrófonos de los candidatos se mantuvieran encendidos aunque no estuvieran hablando, en un esfuerzo por incitar a Trump a intervenir e interrumpir cuando no fuera su turno.
Según sus asesores, Trump se muestra aún más despectivo con Harris en privado que en público. Ha sido grosero al hablar de sus relaciones sentimentales y ha acusado de manera falsa a Harris de no haber adoptado su identidad negra sino hasta hace poco con fines políticos. Los asesores y aliados de Trump le han aconsejado que se mantenga alejado de los ataques personales en el debate, pero a muchos les preocupa que no pueda contenerse.
¿Cómo lidiará Harris con las sorpresas de Trump?
El punto más bajo de las actuaciones de Harris en el debate de las primarias de 2019 se produjo cuando la representante de Hawái Tulsi Gabbard le exigió que se disculpara por su historial como fiscal de California, un momento para el que la campaña de Harris la había preparado, sin embargo, batalló para responder con eficacia.
Desde entonces, Harris ha demostrado ser hábil para lanzar ataques preparados a Trump, aunque a veces ha mostrado menos destreza en momentos no programados. A veces ha batallado durante las entrevistas y en momentos improvisados, aunque desde el inicio de su vicepresidencia ha crecido como figura escénica política.
Sin embargo, debatir con Trump es muy distinto a responder a las preguntas de, digamos, un presentador de televisión. Trump es un impredecible veterano de la televisión que no ha demostrado ningún respeto por las reglas establecidas del juego limpio político.
Hasta ahora, Harris se ha negado a responder a los golpes bajos de Trump contra ella o a sus comentarios sobre su raza y género. La manera en que responda a ataques similares en directo —desafiándolo a debatir, dijo las memorables palabras: “Si tienes algo que decir, dímelo en la cara”— puede determinar la manera en que su desempeño será percibido.
Desde que sustituyó a Biden, Harris ha construido su campaña en torno a una elección entre el futuro (ella) y el pasado (Trump). El debate puede darle la oportunidad de mostrar a los votantes no solo ese contraste, sino la manera en que reacciona cuando se le presenta la oportunidad de enfrentarse a un bravucón.
¿Quién tendrá un momento viral?
Más de 50 millones de estadounidenses vieron en directo el debate de junio entre Biden y Trump, y se espera que el del martes atraiga a una audiencia aún mayor. Después, decenas de millones más se enterarán de lo que pasó en el evento a través de las noticias y las redes sociales.
Esos espectadores probablemente no verán los 90 minutos, pero sí fragmentos clave. Los mejores de estos se conocen como los momentos del debate. Es fácil recordar los de debates pasados. Por ejemplo, Ronald Reagan diciéndole a Walter Mondale en 1984: “No voy a explotar la juventud e inexperiencia de mi oponente con fines políticos”. O, hace cuatro años, cuando Biden intentó rechazar las repetidas interrupciones de Trump con un contundente “Hombre, ¿quieres callarte?”.
Por supuesto, algunos momentos clave resultan contraproducentes para los candidatos. El presidente George H. W. Bush fue criticado por verse aburrido al consultar su reloj durante un debate con Bill Clinton en 1992. Los sonoros suspiros de Al Gore durante un debate con George W. Bush en 2000 provocaron burlas. Y el intento de Mitt Romney en 2012 de explicar por qué no había contratado más mujeres cuando era gobernador de Massachusetts diciendo que había recibido “carpetas llenas de mujeres” para su consideración hizo estallar Twitter y provocó ataques de la campaña del presidente Barack Obama.
¿Trump relacionará a Harris con Biden?
El equipo de Trump tiene un objetivo primordial para el debate. Quieren, por encima de todo, que el público termine la noche con la impresión de que Harris es responsable de todos los aspectos impopulares en el historial de Biden.
Los asesores de Trump quieren vincularla en la mente de los votantes con los altos precios que están pagando en el supermercado, con las guerras en Ucrania y Medio Oriente y con los inmigrantes indocumentados que cruzan la frontera.
Trump ha culpado repetidamente al gobierno de Biden, y a Harris, de la afluencia de inmigrantes, y a menudo ha hecho afirmaciones falsas o exageradas. Harris podría culpar a Trump de presionar a los republicanos para que rechacen la legislación que pretendía mejorar el sistema de inmigración y reforzar la seguridad fronteriza.
¿Harris se distanciará de Biden?
Harris tiene la delicada tarea de mantenerse leal a Biden, pero también de distanciarse sutilmente de él. Los votantes indecisos de los estados disputados están muy amargados con la economía; se muestran pesimistas sobre el estado del país y quieren un cambio. Los asesores de ambos candidatos comprenden la imperiosa necesidad de ser la persona a quien los votantes asocien con el cambio.
¿Cómo atacará Harris a Trump en relación al caso Roe contra Wade?
Lo más probable es que Harris pase a la ofensiva sobre el aborto, el ámbito político que Trump considera como su mayor vulnerabilidad política.
La vicepresidenta lleva semanas recordando a los votantes que fue Trump quien transformó a la Corte Suprema que anuló el caso Roe contra Wade. Durante el fin de semana, ella lanzó un anuncio en el que se ve a Trump diciendo que durante “años intentaron anular Roe contra Wade y yo lo conseguí, y estoy orgulloso de haberlo hecho”.
También es posible que saque a relucir el hecho de que Trump llegó a sugerir que se castigara a las mujeres que abortaban, una postura que él pronto desmintió.
Trump intentará sembrar dudas sobre el tema, diciendo que quiere dejar la política del aborto en manos de los estados. Lo más probable es que insista en su apoyo a los tratamientos de fecundación in vitro, una postura en la que rompió con algunos opositores al aborto.
¿Cómo hablarán de economía?
Trump se ha preparado para machacar a Harris con los precios elevados que persisten desde la alta inflación de principios del gobierno de Biden, y para recordar a los votantes que la vida solía ser más asequible antes de la pandemia de covid. Se espera que saque a relucir las posiciones políticas más liberales que Harris adoptó en 2019 durante su primera campaña para la presidencia, pero de las que ha renegado desde entonces, incluyendo el llamamiento que hizo para prohibir el fracking, que se considera un tema mortal en Pensilvania, un estado decisivo crucial.
Lo más probable es que Harris intente desviar estos ataques recordando a los votantes el desastre en el que se encontraba el país cuando Trump les entregó el poder a ella y a Biden, con una economía aún en estado de cierre parcial debido a la pandemia y con muchos más millones de estadounidenses cobrando cheques de desempleo. Basándose en sus comentarios públicos recientes, pasará a reconocer que los precios siguen siendo demasiado altos y a explicar sus propuestas para hacer frente al costo de la vida.
¿Qué papel tendrán la raza y el género?
En su intento por regresar a la Casa Blanca, Trump es el más reciente en una larga lista de hombres blancos que buscan la presidencia de Estados Unidos. Harris aspira a ser la primera mujer y la segunda persona de color en ocupar el cargo.
Sin embargo, a diferencia de Clinton en 2016, Harris se ha alejado de una aceptación explícita de la naturaleza histórica de su candidatura, en particular cuando Trump la acusó, falsamente, de tergiversar su identidad racial.
La forma en que maneje los ataques de Trump se verá inevitablemente desde la perspectiva de una mujer negra y sudasiática debatiendo con un hombre blanco, y la percepción que los votantes tengan de esos diálogos podría influir mucho en la forma en que los estadounidenses perciban el debate.