Agencia EFE
HERMOSILLO (EFE).— Indígenas de la Nación Comca’ac, en Sonora, celebraron el 30 de junio y el 1 de julio el año nuevo Seri, en medio de una de las peores sequías de la historia reciente del país.
Sin embargo, con la celebración llegaron también las primeras lluvias de la temporada, según ellos, gracias a una conjugación de fenómenos meteorológicos y astronómicos que se vivieron en la región.
Zara Monroy, activista y promotora cultural de la Nación Comca’ac, recordó que, con las primeras lluvias del año y las fases lunares, el desierto ya empezó a florecer, y el Mar de Cortés a llenarse de especies que sirven para alimentar a los turistas que llegan a la zona indígena.
“Ya nos ha estado lloviendo estos días, está floreciendo el desierto, nos está dando frutos como la pechita que es del mezquite y la pitaya, un fruto que nos sirve para hacer licor de pitaya en fermento, y más bien nos deja mucha vida”, aseguró.
Zara Monroy señaló que, poco a poco, su entorno está activándose, además de que el mar les está dando mariscos para alimentarse, “todo esto en conexión”.
El año nuevo Seri es la mejor oportunidad que tienen turistas nacionales y extranjeros, provenientes de Europa, Asia y Estados Unidos, para conocer el territorio de la Nación Comca’ac, que se ubica en la costa de Hermosillo, entre el desierto de Sonora, el Mar de Cortés y la Isla del Tiburón, la más grande de México.
Zara Monroy explicó que el Año Nuevo Comca’ac, mejor conocido como Seri, se festeja el 30 de junio y el 1 julio y durante ambos días se enfocan en los cuatro elementos “sagrados” del planeta.
“Es un homenaje a la vida y la memoria de n uestros ancestros, es una festividad muy antigua y milenaria, que rescatamos año con año para celebrar y decir que existe una posibilidad de bien común”, agregó.
El año nuevo Seri se conmemora después del solsticio de verano, que ocurrió el pasado 20 de junio, y después del Día de San Juan, el 24 de junio, que para muchos pueblos originarios de Sonora marca el inicio de la temporada de lluvias.
Además, en los últimos días de junio y los primeros de julio la Luna transita por su última fase, la de luna menguante gibosa, para llegar al novilunio o luna nueva.