Tomado de Excelsior
Miles de trabajadores agrícolas indios se protestan en una ciudad cerca de Roma para reclamar justicia y el fin de “la esclavitud” en Italia tras la trágica muerte de un jornalero, que sacó a la luz la brutal explotación de los migrantes indocumentados.
Satnam Singh, de 31 años, que trabajaba sin documentación legal, falleció la semana pasada después de que una máquina le cortara el brazo. Su empleador lo abandonó al borde de la carretera con su miembro seccionado.
“Fue arrojado como un perro. Hay explotación, la sufrimos todos los días, esto debe parar”, declaró Gurmukh Singh, jefe de la comunidad india de la región del Lacio, en el centro de Italia.
“Venimos aquí para trabajar, no para morir”, añadió.
El cortejo de la manifestación, donde se podían ver pancartas con lemas como “Justicia para Satnam Singh”, recorrió las calles de Latina, una ciudad situada en una zona rural al sur de Roma que acoge a decenas de miles de trabajadores indios.
Desde mediados de los años 1980, trabajadores indios trabajan en Agro Pontino -lagunas Pontinas, antigua zona de marismas-, donde muchos cosechan calabazas, puerros, judías y tomates y otros se dedican a la producción de mozzarella.
La trágica muerte de Satnam Singh, que está siendo investigada, reavivó el debate en la península sobre la lucha contra los abusos sistémicos en el sector agrícola, donde agricultores o jefes de clanes suelen usar a trabajadores indocumentados que son explotados.
Los jornaleros reciben de media 20 euros (21 dólares) al día por 14 horas de trabajo, según el Osservatorio Placido Rizzotto, que analiza las condiciones laborales de los trabajadores del sector agrícola.
La primera ministra de extrema derecha, Giorgia Meloni, intentó reducir el número de migrantes indocumentados en Italia, mientras, por otra parte, ampliaba los canales de migración legales para los trabajadores no europeos con el objetivo de luchar contra la escasez de mano de obra.
Pero, según la asociación agroindustrial Confagricoltura, solo el 30 por ciento de los trabajadores que tienen un visado llegan a Italia, lo que significa que no hay suficientes trabajadores para responder a la demanda de los agricultores.
La policía financiera italiana identificó cerca de 60 mil trabajadores sin papeles entre enero de 2023 y junio de 2024.
El mayor sindicato italiano, la CGIL, estima que hasta 230 mil personas, es decir una cuarta para de los temporeros agrícolas del país, no tienen contrato.