Tomado de Excelsior
El rey Felipe VI de España conmemoró ayer el décimo aniversario de su ascenso al trono, una década en la que ha afrontado la tarea de recuperar la institución tras los excesos de su padre, Juan Carlos.
“Durante estos años en servicio, el compromiso y el deber han sido los pilares de mi desempeño como rey”, afirmó durante una ceremonia celebrada en el Palacio Real. “Por ello, servicio, compromiso, y deber es el lema que he elegido para este aniversario”, agregó.
AGRADECE EL “GRAN APOYO” DE LETIZIA
Además, el monarca agradeció el “gran apoyo” de la reina Letizia durante su década en el trono y su sensibilidad y contribución a la “visibilidad y atención a las necesidades de las personas, especialmente las más vulnerables”.
El 19 de junio de 2014, 17 días después del anuncio de la abdicación de Juan Carlos, Felipe, entonces de 46 años, fue proclamado rey de España por el Parlamento del país europeo.
En su discurso de aquel día, Felipe VI prometió “una monarquía renovada para un tiempo nuevo”.
Juan Carlos, quien había accedido al trono tras la muerte del dictador Francisco Franco en 1975, desempeñó un papel activo en la consolidación de la joven democracia española y su intervención fue clave para hacer fracasar el intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981.
Su reinado, que gozó durante años de mucha popularidad, acabó sin embargo en un ambiente tóxico, debido a las revelaciones sobre corrupción, justo cuando España atravesaba una grave crisis económica.
Para Felipe VI, que aspiraba a ser el soberano de la normalidad, el objetivo era salvar la monarquía. Para ello, 2015, retiró a su hermana Cristina el título de duquesa de Palma, que Juan Carlos había creado para ella en 1997, debido al escándalo financiero en el que estaba implicado su marido, el exjugador de balonmano Iñaki Urdangarin.
Por este asunto, Cristina de Borbón se convirtió en el primer miembro de la familia real española juzgado en un proceso. Finalmente, fue condenada al pago de una multa mientras que la sentencia para su marido en 2018 fue de cinco años y diez meses de prisión.
La otra gran medida adoptada por Felipe VI llegó en 2020, cuando renunció a la herencia de su padre y decidió retirarle su asignación.
Con información de AFP.