La situación de falta de coordinación entre los organizadores de Un Desierto para la Danza y la dirección de Instituto Sonorense Cultura ha sobresalido en las últimas semanas.
Esto debido a que la organización artística del festival, es decir, Antares Danza Contemporánea, Producciones la lágrima y Quiatora Monorriel han manifestado total desconocimiento de cómo se está llevando a cabo la organización.
En una rueda de prensa los representantes de Un Desierto para la Danza: Adriana Castaños de Producciones la lágrima, Miguel Mancillas de Antares, danza contemporánea, Evoé Sotelo de Quiatora Monorriel y Benito González de Quiatora Monorriel; señalaron que no se ha apoyado al evento, además de que ningún diálogo se ha mantenido con el ISC desde octubre del 2019.
Los organizadores dijeron sentirse sorprendidos al enterarse del que ISC procedía sin tomarlos en cuenta, porque hasta el pasado mes de octubre tenían buena comunicación y disposición con el director del Instituto, Mario Welfo Árlvarez.
“La Dirección General del ISC falta a la verdad en varias ocasiones, difunde información equívoca y evidencia gravemente un total desconocimiento de los requerimientos en materia de programación artística, programación académica, gestión de espacios, conceptualización de estrategias de promoción y difusión a partir de una línea curatorial específica, gestión de vínculos interinstitucionales e intergeográficos, entre otros aspectos que resulta indispensable trabajar a fondo, con gran antelación y especialización en el campo, para el óptimo desarrollo de Un Desierto para la Danza en cada una de sus emisiones.”, dijeron en su rueda de prensa este viernes.
Y posteriormente firmaron una carta de inconformidad.
Un desierto para la danza se ha organizado por 27 años consecutivos, pero la situación se encuentra en el limbo de si se resolverá o el festival de talla internacional que se realiza a finales de abril y principios de mayo será cancelado.