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TOMADO DE RADIO SONORA

 

La noche del sábado pasado, durante la entrega de los premios Ariel en Guadalajara, Inna Payán experimentó un cúmulo de sensaciones, una montaña rusa de sentimientos conforme nombraban los cuatro galardones que consiguió su producción Todo el silencio.

Fue algo muy intenso, me sentí muy feliz, y estas distinciones son el reconocimiento a todo el equipo que participó en el rodaje, expresó.

Todo el silencio está dirigida por Diego del Río. Cuenta la historia de Miriam (Adriana Llabrés), quien por las mañanas enseña lenguaje de señas y por las tardes es parte de un montaje teatral, al tiempo que mantiene una relación estable y pasional con su novia sorda Lola (Ludwika Paleta). No obstante su vida muy cercana a la de una persona con esta condición, su mundo se empieza a hacer pedazos cuando descubre que está perdiendo el sentido del oído, lo que dará un vuelco a su existencia.

Inna desmenuza y explica los elementos para que Todo el silencio se alzara con los Ariel a mejores ópera prima, actriz, coactuación femenina y diseño de sonido: “Fue el excelente trabajo que hizo el realizador Diego del Río, quien es un chico trabajador, culto y talentoso. Su experiencia en tantos años dirigiendo teatro consiguió sacar lo mejor a dos grandes actrices como Adriana Llabrés y Ludwika Paleta. Algo determinante para que cada una consiguiera su Ariel en la categoría a que estaban postuladas –por mejores actriz y coactuación femenina, respectivamente– fue el respeto entre ellas y Diego. Hicieron un trabajo muy amoroso y muy cuidado”.

Respecto al galardón por Mejor diseño de sonido, dijo que se debió a que hicimos una labor muy delicada, porque nadie sabe a qué suena la sordera, y lograrlo fue crucial para la película. Creo que obtener este Ariel en esta categoría fue muy merecido porque Mario Martínez Cobos, Miguel Hernández y Liliana Villaseñor hicieron un trabajo fabuloso.

Distinción a ópera prima

Que Todo el silencio haya logrado el Ariel por Mejor ópera prima, considera Inna, es lo más entrañable porque es un premio de los cineastas al primer trabajo de un cineasta. Fue un gran reconocimiento para Diego, quien entendió perfectamente qué era lo que se podía contar y qué no en la película. Además, cada día del rodaje Diego nos dio una sorpresa. Fueron grandes premios para todo el equipo que hizo una película con mucho corazón y mucho cuidado.

Relató que en esta premiación 66 del Ariel “había muy buenas cintas en competencia, como Tótem, El Eco, Heroico, Desaparecer por completo y Temporada de huracanes…, pero no fuimos a ganar o no ganar. Asistimos a Guadalajara a acompañar la película, a Diego, Adriana y a Ludwika. Fue lindo ganar estos premios porque habla de un trabajo virtuoso de todas las partes. Me siento muy orgullosa de pertenecer a este equipo de producción”.

Compartida, Inna invita a María Ayub y Luis Salinas, los otros dos productores del filme, a que participen en la conversación.

La primera cuenta: Vi los premios en línea mientras me mensajeaba con Luis; fue muy emocionante conforme íbamos ganándolos. Para mí fue muy bonito porque es mi primera vez en una ceremonia así. Además, es una película de esas que quieres, bueno todas tus películas las debes querer, pero todo en ésta fue todo muy bonito y Diego hizo que todos quisiéramos el proyecto.

A su vez, Luis Salinas, quien fue el iniciador de realizar Todo el silencio, comentó: Es un filme que se hizo con más corazón que dinero. La realidad es que recibir estos cuatro premios fue muy bonito, porque vivimos el proceso de quienes los recibieron y, bueno, todos los que estábamos nominados somos amigos.

Financiamiento

Por otro lado, Inna Payán adelantó que hará una pausa en el cargo que ocupa como vicepresidenta de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas, porque debe “atender asuntos propios y los proyectos de mi productora Animal de Luz. La sensación en general que se tiene de la Academia es que somos unos sectarios, sobre todo entre los jóvenes. La verdad, internamente se trabaja mucho; lograr que los miembros voten, difundir lo que estamos haciendo y la idea con que he trabajado estos años fue quitar la idea de hablarnos a nosotros mismos, de estar en la endogamia todo el tiempo.

Cómo podíamos hablar con otros sectores que no conocen la academia y encontrar su autosuficiencia económica. Tuvimos un acercamiento con la academia española que comercializa su ceremonia y de eso vive los siguientes dos años, con un equipo de 30 personas dedicadas a esa tarea; también hacen itinerante sus ceremonias, en distintas provincias de ese país. Investigamos cómo funcionan otras instituciones para no depender únicamente de los apoyos públicos; en eso estamos, pero sólo somos tres personas las que nos encargamos. También ya tenemos acercamiento con la parte privada que nos ha dado algunos patrocinios.

Debut en dirección

Entre los proyectos pendientes que tiene Inna está la preparación de su debut como directora. “Lo haré con el documental El invencible verano de Liliana, basado en el libro de Cristina Rivera Garza”.

La idea de llevar a la pantalla esta obra surgió cuando Inna, durante la pandemia fue a la librería. Me vestí como astronauta para ir. Llegué y me formé, dejaban pasar grupos de cinco personas. Cuando entré vi el libro y me gustó mucho el título; comencé a leerlo y me tocó todas las entrañas. Busqué a Cristina para comprarle los derechos y comencé a trabajar para hacer el guion documental.

Agregó que en El invencible verano de Liliana trabajarán sólo mujeres. En el equipo está María Ayub como productora; Elvira Liceaga, quien me ayudó a bajar el libro para convertirlo en documental; también Daniela Rea y María Seco, o sea, un equipo muy guerrero.

Finalmente, la productora explicó por qué le gustó la historia: Porque Cristina está buscando a su hermana, quien fue asesinada por el ex novio. En esa búsqueda rescata los diarios de Liliana, su hermana menor. En el transcurso te vas dando cuenta de la vitalidad, el amor por la vida; descubres a una artista muy creativa, que sentía cosas que no podía entender por su corta edad. La idea es contar la película desde la vida no desde el punto amarillista, para darle ilusión a las mujeres. También será una forma de resarcir la pérdida.