Muchos residentes de Sasabe siguen desplazados en México y Estados Unidos.

Sarah Lapidus / AZCENTRAL

Hace diez meses estalló la violencia entre grupos criminales enfrentados en la tranquila y polvorienta ciudad fronteriza de Sasabe, Sonora, y más de 2 mil personas se vieron desplazadas y temen sufrir más violencia en el futuro.

El día de octubre en que comenzó la violencia, se vieron camiones llenos de gente circulando por la zona. Los residentes dijeron a los voluntarios de Arizona que la situación en Sasabe era incómoda. La violencia comenzó el 21 de octubre y se intensificó en noviembre, cuando los grupos lucharon por el control de la zona, un corredor crítico para el contrabando de personas, drogas y armas. En diciembre, cuando la violencia disminuyó, algunos residentes comenzaron a regresar, pero la mayoría de los demás siguen desplazados, ya sea en México o en los Estados Unidos.

A pesar de la violencia, los migrantes siguen viajando a la región y encuentran nuevas rutas cercanas para cruzar a los Estados Unidos.

Se ven evidencias de disparos en toda la ciudad. En la pared de un bar, los transeúntes verán agujeros de bala tapados, mientras que la entrada a una refresquería de al lado tiene ventanas rotas y tapiadas.

“Desde diciembre hasta ahora ha sido un terror”, expuso Dora Rodríguez, fundadora de la organización sin fines de lucro Salvavisión, que operaba un centro de recursos llamado Casa de la Esperanza. Desde que la violencia sacudió la ciudad, el centro cerró sus puertas, lo que llevó a Salvavisión a cambiar su enfoque para ayudar a 50 familias desplazadas a pagar vivienda, comida, permisos de trabajo y honorarios legales.

Gail Kocourek, voluntaria de Tucson Samaritans y cofundadora de Casa de la Esperanza, visita Sasabe semanalmente para alimentar a los perros que quedaron cuando la gente huyó de la ciudad. Recordó a un hombre que perdió su rancho después de que los miembros del cartel se llevaron todos sus animales.

“Era un rancho hermoso”, recordó Kocourek.

Kocourek dijo que algunas de las personas que huyeron a los Estados Unidos sabían que probablemente serían encarceladas si ingresaban al país, pero corrieron el riesgo para llevar a sus familias a un lugar seguro.

Rodríguez recordó a un hombre que fue arrestado. Pasó siete meses encarcelado en Florence luchando por su caso antes de ser deportado. Sin embargo, a su esposa y a sus hijos se les permitió quedarse y luchar por su caso de asilo en Tucson. Le dijo a Rodríguez que tenía que pagar una tarifa y pedirle permiso al cártel para regresar a su casa.

En la ciudad, aunque la vida cotidiana todavía se ve afectada por la violencia reciente, las cosas están empezando a volver a la normalidad. Las escuelas primarias y secundarias siguen cerradas y planean reabrir pronto, y las tiendas, que cerraban a las 5 p.m. hasta marzo, ahora permanecen abiertas hasta las 8 p.m. Sin embargo, las mascotas abandonadas siguen varadas.

La ciudad contaba con entre mil 500 y 2 mil 500 residentes antes de que comenzara la violencia. Se estima que han regresado 200 personas y el tráfico está aumentando en el puerto de entrada, explicó Kocourek, señalando que vio a niños jugando en la calle recientemente, lo que calificó como una señal positiva.

“Cuando empiezas a ver gente caminando y niños jugando en las calles, para mí eso es una señal de que las cosas están empezando a intentar volver a la normalidad”, describió Kocourek.

Sasabe cambió por la violencia

Rodríguez señaló que los migrantes de otros países y continentes que cruzan México hacia los Estados Unidos se han visto atrapados en el fuego cruzado. En un caso, un grupo de varios cientos de migrantes de África que viajaban a los Estados Unidos para buscar asilo se encontraron abandonados por los contrabandistas en la región debido a la violencia de los cárteles.

La inmigración ha cambiado desde la violencia, y ahora la gente está cruzando a los Estados Unidos más lejos de Sasabe, en un área donde termina el muro fronterizo entre Sasabe y Nogales, según organizaciones sin fines de lucro en el área.

“Estamos viendo un promedio de 60 a 70 migrantes por día”, apuntó Belén Ramírez, una médica de familia que trabaja como coordinadora de proyectos para Médicos Sin Fronteras, que recientemente comenzó a brindar servicios cerca del nuevo cruce. La organización permanecerá en el área para atender a los migrantes al menos hasta septiembre. Los voluntarios de la organización brindan ayuda médica y apoyo general a los migrantes que llegan a los Estados Unidos, tratando sus necesidades médicas y de salud mental.

Han pasado meses desde que Kocourek recibió informes de disparos, y una paz provisional se está asentando en la tranquila y polvorienta Sasabe. Aun así, los residentes temen lo que pueda suceder a continuación.

“Ya veremos. Todo podría cambiar mañana”, dijo Kocourek.

ENLACE: https://www.azcentral.com/story/mexico/2024/09/02/ciudad-de-sasabe-en-sonora-an-vive-secuelas-de-la-narcoviolencia/74988839007/

La Voz del Pitic

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