Excelsior
Apenas el fin de semana pasado, Yucatán y Quintana Roo se preparaban para recibir al Beryl, huracán que en el papel lucía como devastador por la fuerza que presentó previo a su arribo a la Península de Yucatán y el Caribe Mexicano.
Luego de una gran movilización donde tanto ciudadanía, como gobiernos locales, estatal y federal tuvieron una buena comunicación coordinación para enfrentar al fenómeno natural, por suerte este no tocó tierra con la fuerza esperada dejando a su paso daños menores donde hizo acto de presencia, sin poner en riesgo a la población.
De acuerdo a expertos y la experiencia de los quintanarroenses, los grandes huracanes se presentan en ciclos de alrededor de 15 años, tendencia que lleva más de 50 años dándose. Por fortuna en 2023, la temporada de huracanes concluyó sin que ninguno impactara la región, así lo informó en aquel momento la gobernadora de Quintana Roo, Mara Lezama.
En este contexto, y tras el paso de Beryl, cuales han sido los fenómenos naturales que más se recuerdan en esta zona del país y que desafortunadamente estos sí dejaron una huella marcada en la memoria de sus habitantes.
Cuatros huracanes han marcado a Yucatán y Quintana Roo
En la historia de Yucatán y Quintana Roo, cuatro han sido los huracanes que han dejado desastre y que han marcado un antes y un después en la vida de los lugareños de la zona sur de la República Mexicana.
Wilma (2005)
Hace 19 años, el huracán Wilma golpeó el Caribe mexicano, dejando a su paso inundaciones y devastación. Sin embargo, este suceso se convirtió en un punto de inflexión y en una fuente de aprendizaje para la región. Wilma se formó rápidamente a partir de una depresión tropical el 18 de octubre de 2005 y en poco más de 24 horas se transformó en un poderoso huracán de categoría 5 con vientos de hasta 280 km/h.
Cabe recordar que la mayoría de los centros comerciales de Cancún fueron destrozados por el huracán Wilma pues este se estacionó durante más de 60 horas, golpeando con fuerza como un huracán de categoría 3. Los fuertes vientos y las intensas lluvias causaron una gran destrucción y afectaron gravemente las playas de Cancún, uno de los destinos turísticos más importantes del país.
Gilberto (1988)
El 14 de septiembre de 1988, el huracán Gilberto impactó a Yucatán, dejando una estela de daños significativos en viviendas e infraestructuras, así como la caída de árboles y la interrupción del suministro de agua y electricidad durante varios días. Fue uno de los fenómenos más poderosos que ha afectado al estado. Este evento tomó por sorpresa a los residentes yucatecos, acostumbrados a fenómenos meteorológicos de menor magnitud, y marcó un antes y un después en la forma en que la población se prepara para estos eventos.
El huracán Gilberto cambió la fisionomía de la costa, provocando el colapso de muchas casas de playa que hasta el día de hoy permanecen sin reparar, como testimonios de la devastación causada por este ciclón.
Beulah (1967)
Hace 57 años, el huracán Beulah azotó la región con una intensidad comparable a la categoría dos en la escala Saffir-Simpson. A su paso por Cozumel y Puerto Morelos, dejó una estela de destrucción y pérdidas en las zonas agrícolas y ganaderas. Las viviendas, construidas con materiales frágiles como madera, guano y láminas de cartón, resultaron especialmente vulnerables a los fuertes vientos y tormentas. A pesar de la pobreza existente, la comunidad poco a poco logró rehacerse, reconstruyendo sus hogares con los recursos que pudieron recolectar en la selva.
Janet (1955)
El huracán Janet, uno de los más devastadores en la historia de Quintana Roo y Yucatán, causó estragos en Chetumal y sus alrededores. Con vientos que alcanzaron los 282 km/h, el huracán dejó un rastro de destrucción a su paso.
Chetumal, en particular, sufrió daños catastróficos, con solo cuatro edificios que lograron mantenerse en pie. Se estima que el 97% de las estructuras en la ciudad quedaron destrozadas. Las carreteras, los cultivos, el puerto y las viviendas se vieron gravemente afectados por la furia de Janet.
La tragedia se reflejó también en el número de víctimas. Aunque solo se recuperaron 120 cuerpos, se estima que hubo al menos 500 muertes. Además, alrededor de 10 mil personas perdieron sus hogares y quedaron en situación de calle. El impacto económico fue igualmente significativo, con pérdidas estimadas en 40 millones de dólares en Quintana Roo, incluyendo Chetumal y la localidad de Xcalak, que quedó completamente destruida.