miércoles, diciembre 03, 2025

Oliver Staub, el niño que desafía a la medicina tras accidente fatal en México

Internacional

Su recuperación contradice los pronósticos de la medicina contemporánea y les da esperanzas a pacientes similares

EL UNIVERSAL

Además de la mejoría que presentó contra todo pronóstico, el pequeño Oliver también resalta entre los casos de lesiones de médula espinal por la sonrisa que mantiene a pesar de lo que ha vivido. Foto: Cortesía Familia Staub.
Luego de un accidente automovilístico, Oliver, entonces de un año, logró sobrevivir durante tres meses con la cabeza totalmente desprendida de su columna vertebral, “era una herida no compatible con la vida, pero de alguna forma vivió”, ha declarado el neurocirujano Mohamad Bydon de Chicago, el médico que lo intervino y logró unir su cabeza al resto de su cuerpo.

En entrevista con EL UNIVERSAL el doctor Bydon, jefe del Departamento de Neurocirugía de la Universidad de Chicago, del Centro Médico UChicago, afirma que “se trata de un caso que puede servir como ejemplo para muchos otros y que podría ayudar a millones de personas que sufren no sólo lesiones de médula espinal, sino también otros padecimientos por enfermedades neurológicas”.

“Tenía lo que llamamos disociación atlantooccipital de su columna, que significa la separación interna de su cabeza y su columna, así como un desgarro completo de su médula espinal, lo que significa que había sido cortada a la mitad. Tuvo una fractura total de su columna cervical y sus elementos posteriores”, explicó Bydon en otra entrevista con Greta Van Susteren, periodista norteamericana.

Los músculos y la piel eran lo único que sostenía su cabeza, por ello tuvo siempre un soporte local y todas las precauciones para que no tuviera movimientos que provocaran desviaciones.

El accidente que lo cambió todo

Fue el jueves 17 de abril de este año, en vacaciones de semana santa. Eran las 2:50 de la tarde cuando ocurrió el accidente sobre una carretera de Zihuatanejo, en Guerrero, en la avenida que lleva al aeropuerto, a playa larga.

Laura Staub-García, madre de Oliver, manejaba ese día la camioneta donde viajaba junto con sus tres hijos y su esposo de origen alemán, Estefan Staub. Ellos vivían en Alemania, pero estaban de vacaciones en México.

Laura solo recuerda lo ocurrido antes del accidente, tuvo amnesia debido a los golpes que sufrió en la cabeza y estuvo sedada varias horas, además de que resultó con un brazo roto.

Cuando despertó supo que fue una camioneta de valores la que impactó la unidad donde viajaba con su familia. Los gemelos de cinco años, Sebastian y Julián, salieron apenas con algunas cortadas en la frente, mientras que Estefan tenía rotas las costillas.

Pero el más grave era el más pequeño, Oliver, su padre lo sacó de la camioneta y lo entregó a una persona por la ventana de su camioneta, quien al ver que no respiraba lo puso en el piso y lo tapó dándolo por muerto; fue cuando un matrimonio de médicos que observó el accidente, al verlo tapado y en el piso, lo valoraron y determinaron que sus signos vitales eran muy débiles, aún así iniciaron RCP, pero pensaron que no lograría sobrevivir.

Ese día a los médicos Liz y Alan se les había hecho tarde para salir hacia su trabajo cuando pasaron justo por el lugar del siniestro. Los tíos de Oliver viajaban en otro auto, venían en caravana detrás de Laura, llegaron a 4 minutos del siniestro y la tía, al ver a Oliver en el piso, lo tomó en brazos para llevarlo en su automóvil a urgencias junto con sus hermanos gemelos, los doctores se fueron con ellos.

El médico guió al tío de Oliver hacia la clínica del IMSS más cercana, mientras que la doctora y su tía daban respiración cardiopulmonar (RCP) a Oliver en la parte trasera del coche, así pasaron al menos 20 minutos, gracias a eso, el niño pudo sobrevivir y fue intubado en Zihuatanejo.

Sin embargo, después de reanimarlo, los médicos de la clínica local dijeron no contar con terapia intensiva pediátrica, por lo que fue llevado esa misma noche intubado en una ambulancia aérea a Toluca y de ahí en ambulancia a un hospital particular de Santa Fe, en Ciudad de México.

Llegó a la CDMX sin esperanza de vida

El doctor Alfredo Domínguez Muñoz, cirujano pediatra, fue quien recibió a Oliver en la CDMX. En entrevista con EL UNIVERSAL, recordó que el caso de Oliver lo impactó mucho. Explicó que por el tipo de accidente se pueden encontrar lesiones en varios órganos a distintos niveles y en huesos como en las cervicales, como fue el caso del niño.

Aquel jueves 17 de abril, Oliver fue recibido por todo un equipo de médicos especialistas: urgenciólogos, pediatras, terapistas, neurólogos pediátricos y un neurocirujano pediátrico. “Tenía una lesión en el cuello e ingles por el uso del cinturón de seguridad”, detalló el doctor.

Cuando se le practicó una tomografía de cabeza a pies “vimos que había una fractura, la médula estaba totalmente seccionada” a nivel de la segunda vértebra cervical. Oliver no respiraba por sí mismo, estaba conectado a un ventilador, permanecía sedado y su corazón latía gracias a varios medicamentos; pero no había daños en otros órganos.

Luego de una resonancia magnética para obtener una mejor definición de este tipo de lesiones se encontró “una sección completa de médula a nivel de C2”.

El niño llegó al quirófano de urgencia y un neurocirujano le practicó una descomprensión de cervicales para poder intubarlo, luego ingresó a terapia intensiva, donde continuó con varios medicamentos para el corazón y el ventilador muy alto para mantener el nivel de oxígeno adecuado. Estaba en condiciones muy delicadas, “dijeron que estaba decapitado y que podría perder la vida en el transcurso de las horas”, recordó en entrevista Laura.

Oliver salió de cirugía con un collarín y un chaleco metálico estabilizador que no le permitía moverse porque debía estar totalmente fijo para evitar otra lesión. El collarín lo tiene hasta la fecha.

El neurocirujano del hospital en la CDMX hizo pruebas para ver si había conexión entre cerebro y el resto del cuerpo. No la encontró. Así que informó a los padres que el niño nunca podría caminar, sería cuadripléjico. Además, todavía había que esperar para cerciorarse que no hubiera daño cerebral por haber permanecido sin oxígeno más de 20 minutos.

“Algo que nos sorprendió mucho es que, a pesar de todo, después de tres días Oliver había mejorado drásticamente. Todos los medicamentos para el corazón fueron disminuyendo, incluso hasta suspenderlos, es decir, el corazón ya estaba latiendo solito… la cantidad de oxígeno del ventilador fue bajando también cada vez más”, narró el doctor Domínguez Muñoz.

“Al cuarto o quinto día la evolución de Oliver fue muy buena y decidimos, junto con la familia, despertarlo porque iba muy bien. La sorpresa fue que abría los ojos, interactuaba con nosotros, se reía”.

El especialista explica que con una lesión en la cervical dos no llegan señales al resto del cuerpo ni para mantener la ventilación pulmonar, por eso debía tener un tubo por la boca.

“Recuerdo que Estefan (papá de Oliver) le compró un proyector y Oliver empezó a ver películas… vimos una evolución muy buena a pesar de la lesión y el pronóstico, Oliver seguía luchando”, dijo el doctor Domínguez.

Fue entonces que el pediatra planeó hacerle una traqueostomía para que pudiera irse a casa, quitarle el tubo de la boca y la sonda de la nariz por donde comía para alimentarlo por otra vía. Oliver se sintió más cómodo, empezó a hacer gestos y sonidos con la boca.

Tenía un catéter en la femoral para mantenerlo hidratado, introducir medicamentos al corazón, antibióticos y lo que fuera necesario, lo cual fue muy importante para su evolución.

El niño estuvo cerca de 45 días en el hospital. El plan era darlo de alta lo más pronto posible por el riesgo de infecciones, sobre todo a nivel pulmonar, pues ya había presentado una pulmonía por el tiempo que había estado conectado al ventilador.

El doctor Dominguez Muñoz explicó a este diario que la posibilidad de unir la médula de Oliver con el resto de su columna se planteó con el neurocirujano; sin embargo, en México no hay el tamaño de tornillos ni el instrumental adecuado que se requerían para el niño, por lo que se evaluó la posibilidad de darlo de alta y dar tiempo a que creciera para poderlo intervenir. Debido al peso y tamaño de Oliver no era posible hacer esa cirugía en el país.

Pagaron gastos con donaciones y seguros médicos

Desde que supieron que Oliver podría morir, Laura dijo a su esposo que no podría regresar a su casa en Alemania, así que decidieron venderla y dejar sus trabajos allá, él como ingeniero informático en jefe de una farmaceútica alemana y ella laboraba con una maestría en el sector de Recursos Humanos.

El gasto del hospital privado en la capital lo solventaron con un seguro médico que pagó el 60 por ciento, aún cuando el hospital no estaba dentro de su red, el resto lo pagó la familia de Laura.

Laura y Estefan decidieron permanecer en Michoacán, México, con sus hijos en la casa de los padres de ella. Antes de llevar a Oliver a casa tomaron cursos de reanimación cardiopulmonar con el doctor Alfredo Domínguez, de cómo limpiar la traqueostomía y qué hacer en caso de que se tapara, cómo darle de comer, etcétera.

Luego adecuaron un ventilador y una cama de hospital el cuarto de Oliver, además contrataron los servicios de una enfermera. Los gastos crecían entre medicamentos y personal especializado.

Entonces buscaron ayuda en las redes sociales compartiendo el caso del niño que pronto se viralizó, la gente comenzó a hacer aportaciones, así lograron mantenerlo en casa.

De hecho tuvo otro paro cardiorespiratorio estando en casa y Estefan logró sacarlo adelante, gracias a la capacitación que recibió. Oliver cumplió sus dos años de vida el 1 de junio pasado en un hospital de Morelia durante los 4 días que estuvo internado.

Laura dice que en realidad nunca estuvieron conscientes, ni se les advirtió en el hospital el grado de lesión de su hijo, pues cualquier estornudo pudo ser letal y eso nunca lo supieron. Gracias a la capacitación del doctor Domínguez pudieron mantener con vida a Oliver.

Los padres del niño nunca se dieron por vencidos y buscaron alternativas en Norteamérica y Europa para ayudarlo.

Laura Staub-García asegura que hubo momentos de mucha tensión y discusiones dentro del núcleo familiar, eran noches sin dormir vigilando que el niño no dejara de respirar, dependía totalmente del ventilador y su cuerpo estaba inerte, los dos hermanos lloraban. “Pensé que no podíamos seguir así”, dijo.

En Chicago surgió la esperanza de vida, las aportaciones fueron vitales

Luego de mes y medio en casa de sus padres, Laura recordó haber leído un estudio del doctor Mohamad Bydon de Chicago, acerca del uso de células madre en la médula ósea, lo buscaron y lo contactaron en el Pediátrico Comer, también conocido como el Hospital Infantil Comer de Chicago.

El doctor Mohamad Bydon, Jefe del Departamento de Neurocirugía de la Universidad de Chicago, del Centro Médico UChicago y considerado uno de los mejores neurocirujanos del mundo, no aseguró nada a la familia, lo único que prometió fue valorarlo e intentar ayudar al niño.

Pero el costo representaba una cantidad que no tenían, entonces reforzaron los menajes en Instagram y las aportaciones llegaban, aún así no era suficiente.

Fue cuando Estefan contactó a la Fundación Toni Kroos, del futbolista alemán del mismo nombre. La esposa del deportista se conmovió con el caso y decidieron pagar la cirugía en Chicago.

Desde el accidente no había nada que sostuviera y uniera la cabeza de Oliver con el resto de su cuerpo. El caso ha sido retomado por varios medios internacionales a los que el doctor Bydon ha declarado que al verlo no podía creer que el niño estuviera vivo luego de tres meses de su lesión y que lo estuvieran manteniendo con vida a pesar de todo.

Ha señalado que el soporte no se le había retirado del cuello en esos tres meses, por lo que ya presentaba abrasiones y heridas cuando lo retiraron.

El plan comprendía extensos equipos de cirujanos: cirujanos del hospital pediátrico de Chicago, neurocirujanos, cirujanos plásticos, cirujanos especializados en otorrinolaringología, muchos anestesiólogos, intensivistas para realizar varias cirugías al niño.

Lo primero era estabilizar la espalda, así que se hicieron dos largas cirugías en menos de tres días, lapso en que Oliver presentó un derrame cerebral y dos paros cardiorespiratorios, su estado fue muy delicado.

Laura narra que la estancia de Oliver se alargó de dos semanas a 38 días y ante una segunda cirugía las aportaciones no eran suficiente, incluso, el mismo futbolista alemán Toni Kroos les dijo que no tocaría más dinero de su fundación, pero abrió un espacio personal en redes sociales para recabar fondos para Oliver invitando él mismo a la gente a hacer las aportaciones.

En entrevista con EL UNIVERSAL, el doctor Bydon contó que antes de la cirugía, las imágenes mostraban una sección completa de la médula espinal, además de una disociación entre la cabeza y la columna cervical, así como una fractura total de su vértebra y de los elementos posteriores.

En su momento, Bydon explicó a la World´s Greatest Network, de Estados Unidos, que en la cirugía se descomprimió el espacio de la herida y se reconstruyeron los revestimientos de la médula espinal, lo siguiente fue estabilizar la cabeza sobre su cuello, tanto por delante como por detrás, colocando una placa en la base e insertando tornillos en la columna, que a su vez se conectaron con varillas para reconectar su cabeza con su columna.

Dijo que luego de algunos días la cabeza de Oliver se colocó en su correcta posición anatómica y los huesos adyacentes se reconstruyeron, “no quiero decir qué no puede hacer Olvier, porque ha demostrado que nosotros nos equivocamos a cada paso”, declaró a la cadena estadounidense.

Se utilizó revestimiento sintético y hueso cadavérico para reconectar la unión craneocervical. “Nunca se ha hecho algo así, me atrevo a decirlo… no hay reportes de que este procedimiento se haya hecho luego de tres meses y, además, ver mejoría. No hay nada como eso”, dijo en la entrevista con Greta Van Susteren en Estados Unidos.

Bydon también declaró a la revista People que luego de la operación Oliver empezó a mover a voluntad su mano derecha y que al inicio pensaban que era un espasmo; sin embargo, “no había duda él movía la mano más y más, apretaba los dedos de sus padres, cada día algo nuevo sucedía, movía los dedos de los pies, de las manos y respiraba por encima del ventilador”.

“Nunca pensamos que podríamos hablar acerca de quitarle el respirador, ni que hablaríamos acerca de que vuelva a mover sus piernas. Ha comenzado a sentir cuando tiene que orinar. Esto no es algo que se haya documentado antes, dado que Oliver había resistido tanto desde la lesión”, declaró a la publicación norteamericana. Y agregó que “él es alguien que no había hecho esto por tres meses, alguien cuyas funciones neurológicas se habían perdido y que de repente empezó a recuperarlas”.

Así fue como ante al asombro de médicos y enfermeras, Oliver comenzó a recobrar fuerza e incluso a mover sus extremidades, incluso ya intentaba respirar sin la ayuda del ventilador.

Laura recuerda que una fundación en México les ayudó con el pago del traslado de ida a Chicago y la fundación Toni Kross aportó otra vez para el regreso a México y que todo se terminó de pagar apenas hace dos semanas con aportaciones de la gente en Alemania y México.

Luego de la operación en Chicago, y ya en México, una cadena de farmacias en Morelia, Michoacán, decidió ayudarlos cada mes con varios medicamentos para Oliver. Escuelas y restaurantes hacen eventos a través de los cuales la familia recibe donaciones, todo eso les ha ayudado.

La empresa alemana donde trabajaba Estefan le pagó su sueldo, sin trabajar, desde junio, por seis meses, pero en diciembre termina su contrato. Ahora Laura vende termos y sudaderas con la imagen de Oliver, a veces hacen pasteles, es con lo que llevan una parte de los gastos familiares.

Oliver necesita vigilancia las 24 horas del día y el apoyo familiar es fundamental en un niño de 2 años, si no, ya no querría seguir adelante, aseguró su mamá.

Los hermanos de Oliver dejaron sus escuelas en Alemania, continuarán sus estudios en México; están en tratamiento psicológico por lo sucedido y por el cambio de vida, pues pretendían regresar a su país en cuatro semanas, pero ya no lo hicieron.

Pequeño guerrero que ha salido de situaciones muy graves

El doctor Mohamad Bydon señaló en entrevista con este diario que existen diversas explicaciones científicas para este resultado tan notable en la medicina moderna.

“La primera es la importancia de la estabilidad que ayudará a su recuperación. En segundo lugar, su médula espinal y los elementos neurales no se encontraban en su posición anatómica correcta, y el líquido cefalorraquídeo no estaba contenido adecuadamente. Esto también era un factor crítico. Aproximar su médula espinal y reconstruir el revestimiento que contiene el líquido cefalorraquídeo fueron componentes esenciales del proceso”.

“El tercer elemento es el concepto de plasticidad neural, mediante el cual el cuerpo puede recuperarse y mejorar incluso tras lesiones neurológicas de gran gravedad. Esto es algo que seguimos estudiando en la medicina”.

Al preguntar si seguirán estudiando el caso de Oliver respondió que “sí, en definitiva realizaremos investigaciones en el futuro para entender mejor cómo el cuerpo de Oliver fue capaz de recuperarse de una lesión tan severa. Oliver formará parte de nuestros ensayos clínicos, y nuestra comprensión de su condición continuará a lo largo de su vida.

En tanto que para el cirujano pediatra de la CDMX, Domínguez Muñoz, Oliver es un paciente muy valiente que ha salido de situaciones muy graves y delicadas al borde de la muerte.

“Ha tenido varios paros cardiorespiratorios y a pesar de todo esto Oliver es un niño sumamente fuerte que sale de ellos, mejora y sigue… la explicación que le doy a todo esto, es que es un niño que quiere vivir, que tiene una misión en este mundo y es por eso que continúa con nosotros, porque un accidente de esta magnitud, con una lesión a nivel de C2, es una lesión muy grave, los eventos cardiorespiratorios y que del cuello hacia arriba esté íntegro es algo que nos ha sorprendido a todos los médicos y enfermeras que hemos participado”.

Evolución que sigue sorprendiendo a médicos y enfermeras

El doctor Domínguez Muñoz considera que el que Oliver esté recuperando sus funciones es sorprendente ante la magnitud de la herida: un corte total y una falta de conexión entre la cervical 2 y el resto de la columna vertebral. Hasta donde se sabía en la medicina moderna, es que no habría manera en que pudiera mover las extremidades superiores ni inferiores, pero Oliver lo está haciendo.

“Sin embargo, hay ciertas teorías, como que haya cierta reconexión nerviosa, por ello en Chicago trataron de alinear la columna, con la intención de que al estar en contacto los nervios, se pudieran reconectar y eso es algo que está escrito y es algo que sucede. Eso podría ayudar mucho a que, en caso de que haya una reconexión, Oliver pueda mover cada día, de mejor manera las extremidades y realizar distintas actividades.

El doctor Dominguez Muñoz agradeció a todo el equipo que lo apoyó en este caso. Señaló que “la familia de Laura y Estefan es ejemplar, dejaron sus vidas y se han dedicado cien por ciento a Olíver para ayudarlo a seguir adelante, hicieron todo para contactar a uno de los mejores neurocirujanos en el mundo en Chicago, lograron llevárselo allá y Oliver cada día sigue mejorando más, tenemos toda la esperanza de que siga adelante”.

Hoy, no hay nada que haga que Oliver pueda caminar o correr, pero son inciertos qué tipo de avances médicos pueden tener lugaR dentro de 10 años, la tecnología está avanzando muy rápido y se tiene la esperanza de que pueda tener una mejor calidad de vida.

La historia de Oliver aún no termina

Actualmente Oliver puede hablar en voz baja, tiene más fuerza en sus cuerdas vocales, pero a sus dos años aún no tiene mucho vocabulario, pero no tiene problemas para hacerlo. Aún con la traqueostomía, logra hacer respiraciones por sí mismo; su madre afirma que el ventilador indica que el 85% por ciento del tiempo él respira solo y en caso de que algo pasara entra el ventilador.

“Eso no pasaba antes de la operación con el doctor Bydon en Chicago, entonces dependía 100 por ciento del ventilador”, señaló Laura. El próximo abril Oliver tendrá un tratamiento con células madre en Chicago y el objetivo es que acuda sin ventilador. También se pretende quitar el collarín en poco tiempo para que pueda sostener su cabeza, sentarse y dar giros pequeños como asentir o negar con la cabeza.

Tiene un doctor de cabecera, un médico pediatra intensivista que lo revisa cada dos semanas, además cuenta con el apoyo de un neumólogo, quien hace pruebas para retirarle el ventilador; otro especialista para su rehabilitación que dirige a un grupo de terapeutas. También tiene un nutriólogo y un neurólogo, todo bajo indicaciones del doctor Bydon.

Laura detalló que Bydon determinó que Oliver ya podría estar listo para quitarle el collarín en las próximas 4 ó 5 semanas, por lo que se trabaja para fortalecer su cuello.

Comparte que ahora es capaz de sentir ganas de orinar, incluso dolor, tuvo muchas mejorías y el doctor no lo esperaba, se espera que con las células madre esta evolución se potencie y apoyen lo que está pasando en Oliver, pues volvió a ganar movimiento y sensibilidad.

“Todos dicen que es una historia extraordinaria, pero para nosotros aún no termina, seguimos en la lucha todos los días para darle a Oliver una mejor calidad de vida”.

Laura dice no saber si él volverá a caminar, “nadie sabe, ningún doctor se explica que siga vivo, entonces de que pueda pasar podría pasar, pero para nosotros el que Oliver sea feliz es lo máximo y él lo es, yo quisiera ser la mitad de feliz de lo que él es, es un niño alegre. Es un niño que no ve su discapacidad, pero nosotros sí”.

Hace dos meses Oliver ingresó al programa del Centro de Rehabilitación e Inclusión Infantil Teletón (CRIT) de Michoacán, donde recibirá terapias por 5 años. Las primeras terapias le han ayudado mucho en su recuperación, pues incrementó su capacidad pulmonar al estar en posición vertical, “tiene un mes que hemos visto cosas increíbles”, expresa Laura.

“Los doctores nos explicaron que su cuerpo quedó como una máquina que se le quitó el cableado, o sea, todos los cables están por todas partes. Él no sabe si quiere mover una pierna y mueve el brazo, o sea, todo se desconectó, tenemos que enseñarle a su cerebro a volver a funcionar y eso es lo que hacen en su rehabilitación”.

La familia de Oliver administra la cuenta de Instagram “our.journey.with.oliver”, donde comparten el avance médico del niño. También reciben aportaciones a través de la plataforma GoFoundMe.

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