La Voz de La Frontera
Saúl “Canelo” Álvarez cayó ante Terence Crawford por decisión unánime de 113-115 en el Allegiant Stadium. El mexicano perdió todos los cinturones de las 168 libras y sumó el tercer descalabro de su carrera profesional.
La diferencia de pesos de la que tanto se habló no afectó sobre el ring al estadounidense Terence Crawford, quien trepó dos divisiones para derrotar al mexicano y arrebatarle el reinado indiscutido de peso supermediano, por decisión unánime, con tarjetas de 116-112, 115-113, 115-113, ante un lleno pletórico en el Allegiant Stadium, recinto que abrió sus puertas por primera vez a una cartelera boxística.
La estrategia, distribuida en velocidad, habilidad y un mayor volumen de golpes, impulsó al oriundo de Omaha, Nebraska, a la victoria ante un peleador mexicano que lo intentó todo, pero fue superado, sobre todo, en la segunda parte del pleito, pues los asaltos iniciales resultaron apretados.
Con esta victoria, Crawford se convirtió en el primer peleador en ser campeón mundial indiscutido en tres distintas divisiones, después de reinar en supeligero, welter y ahora en las 168 libras.
La velocidad y el volumen de golpes acompañaron a Crawford a lo largo de los doce rounds, mostrando su gran habilidad para moverse, conectar y salir por piernas.
Canelo lo intentó ante un duro hueso de roer como lo fue su rival, en los últimos rounds metió el acelerador, siendo más agresivo, pero Crawford mantenía su rapidez y buen boxeo sobre piernas.
Al inicio, el combate se tornó estratégico, tal como se esperaba, por un lado Crawford buscando ir hacia adelante, pero tomando precauciones y el mexicano en posición de contragolpeador, esquivando golpes y después buscando atacar.
La iniciativa también la tomaba el mexicano, intentando entrar con el gancho de izquierda a la zona media del cuerpo del rival, pero el estadounidense lograba bloquear algunos de ellos.
En el cuarto round, el oriundo de Omaha, Nebraska, logró conectar buenas combinaciones, pero también había respuesta del púgil tricolor.
El estadounidense trataba de pintar un crucigrama en el ring con sus movimientos sobre piernas, siempre manteniendo su jab de derecha activo, para mantener preocupado a su adversario.
Aunque el mexicano intentaba penetrar la guardia de Crawford sus buenos movimientos le permitían salir de zona de peligro y, a la ofensiva, el estadounidense conectaba y salía por piernas.
El noveno resultó un round explosivo, el mexicano apretó las acciones al salir más agresivo y eso propició un choque de cabezas que derivó en una revisión en la esquina para Crawford, quien fue el que salió lastimado, más no cortado.
Crawford lograba conectar con rapidez para después salir, mientras que el mexicano mantenía su ofensiva, pero conectaba menos en proporción, llegando el final del pleito con esa inercia.
Con esta victoria, el Bud elevó su marca de 42-0, 31 nocauts, mientras que el mexicano sufrió su tercer descalabro, a cambio de 63 victorias (39 nocauts) y dos empates.
Para Canelo, la derrota representa un golpe a su legado y al aura de invencibilidad que había construido en la división de los supermedianos. Aunque aseguró después de la pelea que volverá más fuerte, la incógnita sobre su futuro inmediato queda abierta, especialmente ante la exigencia física de la categoría.
Al final de la velada, ambos peleadores mostraron respeto mutuo. Canelo reconoció que Crawford fue “un gran rival” y aceptó que no pudo imponer su estilo. Crawford, por su parte, celebró con orgullo su victoria, destacando que derrotar a un campeón de la talla del mexicano es una de las mayores satisfacciones de su carrera.
