El Debate
A menos de un año de que concluya el periodo en el que se pausó el ascenso y descenso en el futbol mexicano, la Liga Expansión MX atraviesa un momento de profunda fractura institucional.
De los quince equipos que integran la división, sólo el Atlante ha completado el proceso de certificación exigido por la Federación Mexicana de Futbol (FMF), mientras que seis clubes mantienen una demanda activa ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS), denunciando lo que consideran un mecanismo amañado para bloquear el ascenso deportivo.
La tensión se hizo pública el pasado 10 de junio, cuando directivos de clubes como Leones Negros, Atlético Morelia, Mineros de Zacatecas, Venados de Mérida, Cancún FC y Atlético La Paz alzaron la voz en una conferencia de prensa donde calificaron la certificación como “una farsa”.
Aseguran que no fueron consultados para establecer las condiciones actuales y acusan que la FMF ha manipulado los lineamientos con el fin de alargar indefinidamente la suspensión del ascenso, originalmente pactada para durar seis temporadas a partir de 2020.
En ese mismo evento, Alberto Castellanos, presidente de Leones Negros, declaró que la creación del Comité de Certificación en 2022 se hizo a espaldas de los clubes, sin apertura al diálogo y con reglas que impiden el ascenso de manera efectiva. La molestia colectiva terminó en una demanda formal ante el TAS, en la que los equipos esperan obtener una resolución entre diciembre de este año y enero de 2026.
La situación se complica por las características propias de la Liga. Cuatro equipos no tienen permitido iniciar el proceso de certificación por ser filiales o estar en calidad de invitados, como es el caso de Tapatío, Dorados, Irapuato y Jaiba Brava. Otros clubes, como Correcaminos, Tepatitlán, Tlaxcala y Alebrijes, se han mantenido al margen del conflicto, sin entrar al proceso, pero sin pronunciarse públicamente en contra.
En contraste, Atlante es el único club que ha cumplido con los requisitos establecidos por la Federación. Sin embargo, bajo el reglamento vigente, aún se requieren al menos cuatro equipos certificados para que el ascenso pueda reactivarse. Aun si se lograra esa cifra, solo uno tendría derecho a ascender, siempre y cuando se coronara como Campeón de Campeones.
La brecha entre los lineamientos administrativos y el espíritu competitivo del deporte ha hecho crecer el descontento entre los equipos que sí cuentan con estructura, afición y proyecto para competir en la Primera División. Para ellos, el ascenso no debe depender de trámites opacos ni comités cerrados, sino del mérito deportivo. En ese espíritu, confían en que el fallo del TAS marque un punto de inflexión que devuelva al futbol mexicano su esencia competitiva.
