Expertos de UNAM y UAM prevén que se alargue hasta enero de 2026; presas y drenaje capitalino, sin capacidad para recibir más agua; 2025, el año con más tormentas desde 1941
Además, entre junio y septiembre de 2025 se han registrado los dos meses con más precipitaciones en promedio mensual de los últimos seis años, es decir, desde 2020.
Junio y septiembre registraron la caída de 155.5 milímetros de agua y en septiembre ascendió a 158.1, lo que los convierte en los meses más intensos de los últimos seis años.
El julio más intenso se dio en 2024 con 153.8 milímetros, y el agosto más fuerte ocurrió en 2022, con 171.5 milímetros.
Gracias a las lluvias de la temporada de tormentas y ciclones, al corte del pasado 7 de octubre, las 210 principales presas del país almacenaban 85 millones 834 mil metros cúbicos de agua, lo que redujo el déficit nacional del recurso a 3%.
El Sistema Cutzamala que abastece al Área Metropolitana de la Ciudad de México reportó en 2025 una recuperación sin precedente, pues entre julio y octubre su nivel de almacenamiento pasó de 61% a más de 93%, un incremento superior a 200 millones de metros cúbicos en tres meses, impulsado por los fuertes lluvias. En una revisión de EL UNIVERSAL a los reportes diarios del Organismo de Cuenca Aguas del Valle de México de la Conagua, de julio, septiembre y octubre, los meses más lluviosos de 2025, se encontró que, a diferencia de 2024, cuando el Cutzamala apenas alcanzaba 90.54% de llenado al inicio de octubre, este año el almacenamiento se elevó a 93.10%, su nivel más alto en las cuatro últimas décadas.
En el caso de septiembre pasado, el sistema cerró con 89.56% de llenado, muy por encima de 60.96% que tenía al cierre del mismo mes en 2024, lo que equivale a una recuperación de casi 30 puntos porcentuales en un año. Para julio de 2024, el Sistema Cutzamala alcanzaba 33.4%, su nivel más bajo en dos décadas, pero un año después, el mismo mes cerró con 61.17%, lo que representa una recuperación de 28 puntos porcentuales.
Reportes de la Conagua indican que esta recuperación responde directamente a las lluvias más frecuentes e intensas de 2025. En la primera semana de octubre hubo precipitaciones de hasta 35 milímetros en zonas de captación, mientras que en 2024 apenas se registraron valores menores a 15 milímetros. El promedio acumulado de lluvia en las presas pasó de 5.5 milímetros en 2024 a 47.8 en 2025, una diferencia de más de 700% en el mismo periodo.
¿Por qué llueve tanto en 2025?
Víctor Torres, investigador del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explicó que el aumento excepcional de lluvias obedece a que el país atraviesa una combinación poco frecuente de fenómenos: una fase negativa de la oscilación interdecadal del Pacífico y una fase positiva de la oscilación multidecadal del Atlántico.

En la actual fase de este fenómeno, el Pacífico se mantiene más cálido y húmedo, lo que favorece el desarrollo de ciclones y perturbaciones tropicales entre 30 y 60 días de duración, responsables de las precipitaciones que dominan la temporada.
En cambio, los sistemas que normalmente aportan humedad al golfo de México se han mantenido inactivos, concentrando la mayor parte de la lluvia del país en la vertiente del Pacífico y el centro.
Aunque el especialista reconoció la existencia de una señal inequívoca de calentamiento global, aclaró que este factor no explica por sí solo el patrón actual, pues los efectos del cambio climático se manifiestan en plazos más largos, de 30 a 50 años, mientras que las variaciones observadas este año responden a procesos naturales de menor escala.
Advirtió que si la atmósfera tropical sigue calentándose, las lluvias tenderán a presentarse en episodios extremos, alternando entre largos periodos secos y aguaceros.
Claudia Rojas Serna, investigadora del Departamento de Ingeniería de Procesos e Hidráulica de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), aseguró que aunque el aumento en los niveles de lluvias resultó benéfico para la recarga de presas y acuíferos, y alivió la crisis hídrica, también provocó consecuencias negativas como el colapso en las redes hidráulicas, la generación de hundimientos, socavones, deslaves y zonas de desastre por inundaciones.
Explicó que la infraestructura de drenaje de la Ciudad de México está colapsada porque “es una mezcla de infraestructuras de diferentes épocas que han sido adaptadas con el paso del tiempo, conforme se han presentado las necesidades”.
Por ese motivo, ambos especialistas coinciden en que, pese a los beneficios hídricos de las precipitaciones, pronto será necesario desfogar las presas para evitar sobrecargas y desbordamientos, ya que la temporada de lluvias podría continuar hasta diciembre o enero y la cantidad acumulada “ya es demasiada”.
Sobre el nivel de las presas en México, Conagua prevé que podría seguir aumentando en octubre si persiste la lluvia, lo que marcaría un cierre histórico frente al déficit con que inició la actual administración.
Sobre la temporada de ciclones, Torres dijo que es probable que se presenten uno o dos huracanes de categoría mayor antes de que concluya la temporada, en el Pacífico y el golfo de México.
La doctora Rojas Serna aseveró que el volumen de agua podría mantenerse elevado al cierre del año, pero la infraestructura urbana no está preparada para recibir más.