MILENIO
El particular interés que han puesto los científicos en la forma en que se alimentan los supercentenarios así como en las dietas que parecen brindar mejores resultados en la prevención de enfermedades no es fortuito. La ciencia de la nutrición es hoy una de las principales apuestas para entender cómo envejecer de forma saludable.
Hasta ahora, los secretos revelados a través de estos estudios pueden parecer obvios, pero no por ello dejan de resultar fascinantes. Uno de los análisis más recientes respecto a los alimentos y la calidad de vida durante la vejez encontró una asociación simple y clara: entre más variados sean los platillos, menor es la mortalidad.
¿Lo que comes puede alargar tu vida?
Envejecer de forma saludable en un mundo en el que los casos de diabetes y cáncer van al alza, mientras los efectos del cambio climático se aceleran, resulta en un reto no solo individual sino también global.
Desde hace algunos años la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) impulsa una iniciativa encaminada en reducir la incidencia de enfermedades no transmisibles mientras disminuye el impacto en el medio ambiente: se trata de la biodiversidad alimentaria, misma que, según nueva evidencia, también es clave para una vida más larga.
La medida está centrada en la variedad de alimentos que hay en el plato, pero va más allá de las recomendaciones clásicas. No basta incluir los diferentes grupos de alimentos, (como frutas, cereales, lácteos): hay que pensar en la variedad que existe dentro de esos mismos grupos.
Uno de los primeros estudios que se realizaron para confirmar esta asociación se publicó en 2024. Los autores encontraron que una mayor biodiversidad alimentaria se relacionó con menor mortalidad y menos cánceres gastrointestinales en nueve países de Europa.
Un años después, en julio de 2025, un equipo de 20 científicos del Grupo de Alimentación, Nutrición, Desarrollo y Salud Mental (ANUT-DSM) de la Universidad Roviri i Virgili (URC) y del Institut d’Investigació Sanitària Pere Virgili (IISPV) publicó nueva evidencia de que, entre más variada la comida, más larga puede ser la vida.
Los autores del artículo disponible en la revista Science of the Total Environment analizaron los resultados de más de 7 mil adultos mayores españoles (de entre 60 y 80 años) con alto riesgo de enfermedades del corazón.
Todos llevaban seis años siguiendo una dieta mediterránea, misma que es recomendada por expertos debido a sus numerosos beneficios para la salud debido a que fomenta una alta ingesta de verduras, legumbres, cereales integrales, frutas y frutos secos, junto con una ingesta moderada de pescado, aves, huevos y lácteos, así como un consumo muy limitado de carnes rojas y alimentos procesados.
En este caso, los científicos se centraron en la variedad de alimentos que cada participante consumía bajo este régimen alimenticio. A través de una encuesta estimaron cuantos tipos de especies (tanto vegetales como animales) consumían en su día a día, a la par, calcularon el riesgo de mortalidad que presentaban.
Lo que hallaron los sorprendió: sumar una especie adicional al plato de forma regular redujo en un 9% el riesgo de morir por cualquier causa, mientras que en los casos específicos como enfermedades cardiovasculares y cáncer se detectó una reducción de un 7 y 8% respectivamente.
“Una mayor biodiversidad alimentaria se asoció inversamente con una menor mortalidad por todas las causas y por causas específicas”, concluyen los autores en el estudio.
¿Cómo incluir más variedad en la dieta?
Para los especialistas en nutrición, los resultados de la investigación reciente se suman a la larga lista de evidencia a favor de seguir una dieta variada y saludable, algo que se lleva recomendando desde hace décadas.
“Puede ser difícil, pero la meta sería comer un arcoiris todos los días: cosas verdes, amarillas, azules”, compartió para MILENIO Lorena Stoopen, licenciada en Nutrición y Ciencia de los Alimentos y encargada del programa de educación de la Fundación Mexicana para la Salud Hepática.
La nutrióloga considera que una de las principales guías para lograrlo esta en las recauderías, puestos y mercados.
“Son importantes los alimentos de producción local y de temporada. En el invierno, por ejemplo, hay más frutas con alto contenido de vitamina C que en el verano. En el verano hay frutas con más agua que ayudan al calor. Hay que observar qué hay en los mercados”, añade.
¿Por qué comer por temporada ayuda a la salud y al planeta?
Comer por temporadas no sólo mejora el sabor de los alimentos, también reduce la huella de carbono. Elegir productos propios de una región disminuye el uso de transporte y químicos para su conservación. Respetar los ciclos por temporada evita a la vez la alteración de los alimentos y evita la necesidad de empaques.
La variedad de colores que se integran en la dieta conforme a la disponibilidad no solo las hace más baratas, sino que además ayudan a aportar vitaminas así como grupo de sustancias conocidas como fitoquímicos.
“Comerlas te da muchísimos beneficios. La mayoría de estos fitoquímicos son antioxidantes o antiinflamatorios”, añade la especialista.
Esta podría ser una de las claves del porqué se desacelera el envejecimiento. Cuando el cuerpo está en un entorno de mucha oxidación o de inflamación se lastiman los tejidos de forma acelerada, lo que a su vez acelera el desgaste.
“Tener los suficientes antioxidantes para que esta oxidación no lastime de más a tus células es tu mejor protección. Estos antioxidantes y estos antiinflamatorios se encuentran en los alimentos de colores vivos. Entonces, pues me regreso a poner tu plato de colores”, invita la especialista.
De acuerdo con los autores del estudio reciente, aún no hay una respuesta concreta que explique por completo la