La guardia secreta de La Luz del Mundo: un campo de adiestramiento en Michoacán revela la mano dura de Naasón

Sonora

EL PAIS

Las fuerzas de seguridad federales y estatales llegaron por la madrugada a un terreno del municipio de Vista Hermosa, en Michoacán, pensando que enfrentarían a un cartel. Los vecinos habían denunciado un campo de adiestramiento de la delincuencia organizada, un fantasma muy presente en la mentalidad de los mexicanos tras el hallazgo del siniestro rancho de Teuchitlán. El escenario cumplía todas las características. La Secretaría de Seguridad estatal, el Ejército y la Guardia Nacional detuvieron a 38 hombres y confiscaron lo que parecían armas de fuego de alto poder y equipo táctico. Lo que les desconcertó fue que los sujetos detenidos no se identificaron como sicarios de un cartel, sino como feligreses de la iglesia evangélica La Luz del Mundo.

Los hombres entrenaban para ser parte de un cuerpo especial creado para proteger al líder de la iglesia, Naasón Joaquín, y a sus familiares directos. Se trata de la guardia de Jahzer, que tiene sus orígenes en otro grupo táctico, la guardia de Jericó, formada por Samuel Joaquín, padre de Naasón. Hasta antes del operativo en el campo de adiestramiento de Michoacán, muy poco había trascendido de las guardias pretorianas de La Luz del Mundo. Se trata de una nueva veta en el enigmático entramado de corrupción que envuelve al culto y que ya ha comenzado a desvelarse. En Estados Unidos, Naasón ha sido sentenciado por abuso sexual de menores, en California, y ahora enfrenta una nueva acusación por crimen organizado y tráfico de personas, en Nueva York.

Uno de los sobrevivientes de los abusos del apóstol, Sharim Guzmán, ha contado a EL PAÍS que esas guardias tienen la función de cuidar a los líderes de la iglesia y a sus familias donde quiera que estén, y vigilan sus casas; también se les comisiona la vigilancia de los templos y de las colonias de feligreses, principalmente Hermosa Provincia, un barrio en Guadalajara (capital de Jalisco) creado a imagen y semejanza del apóstol, una especie de centro de poder cultural y político de la iglesia.

Al margen de sus tareas de resguardo, según Guzmán, las guardias también participaban en los actos delictivos de los líderes evangélicos, por ejemplo, secuestrando personas, especialmente mujeres, y manteniéndolas en casas de seguridad. “Ellos, ante un problema, lo resuelven. Primero era proteger al apóstol, como sus guaruras, pero, cuando ocurre la detención de Naasón, se vuelven locos y no saben cómo controlar el problema, entonces empiezan a buscar y resguardar a las víctimas, para que no hablen”, dice en entrevista.

Guzmán, que también ha denunciado los abusos sexuales del apóstol en Estados Unidos y México, indica que, desde pequeños, los varones de la congregación son invitados a participar en los grupos donde se les inculca la disciplina marcial. El propio Naasón formó parte de esas organizaciones siendo un niño, según fotos de la época obtenidas por este diario. “Siempre nos dijeron que La Luz del Mundo es la iglesia de Dios y que todo el mundo le va a querer hacer daño al apóstol, como a Jesús, y por eso tenía que estar cuidado y protegido, entonces tú lo normalizabas. Obviamente, no te cuestionabas que esos guardias estuvieran armados”, afirma Guzmán.

El denunciante sostiene que en la guardia pretoriana del apóstol hay hombres que forman o formaron parte de la Fiscalía de Jalisco o la Secretaría de Seguridad del Estado y que utilizan sus aprendizajes en esas instituciones para inculcarlos dentro de los cuerpos de seguridad de la iglesia. Incluso, hay exmilitares. Al menos uno de los detenidos en Michoacán, Ángel Aragón Ruiz, presume en Facebook de su paso como miembro de la Fuerza Aérea Mexicana, un órgano del Ejército. Un video en poder de este diario muestra un desfile reciente, en el marco de los festejos por la Independencia, donde los guardias del apóstol hacen una demostración de su destreza en el combate.

Las armas confiscadas por las fuerzas de seguridad en Michoacán y federales eran réplicas de fusiles reales, parecidos en su peso y su funcionamiento, con la diferencia de que no disparan. Entre los hombres capturados había 18 provenientes de Nayarit, seis de Guadalajara, tres de Ciudad de México, dos de Michoacán, y uno por los Estados de Guerrero, Veracruz, Tamaulipas, Puebla, Estado de México, Colima y Sonora, además de un ciudadano estadounidense. Un sujeto originario de Colombia logró darse a la fuga, de acuerdo con autoridades consultadas por EL PAÍS.

Las noticias de ranchos utilizados por los carteles de la droga como sitios de entrenamiento y exterminio son cada vez más comunes en México, a partir del hallazgo del infierno de Teuchitlán. Aunque en Michoacán, el secretario de Seguridad, Juan Carlos Oseguera Cortés, ha negado que en su Estado haya espacios de este tipo, las alertas están encendidas todos los días debido, en parte, a la cercanía de los que ya han sido descubiertos, por ejemplo, el también recientemente descubierto rancho de La Vega, en Jalisco, ubicado a poco más de 26 km del rancho Izaguirre. De hecho, el campo usado por La Luz del Mundo está en un territorio dominado por el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG).

El hallazgo de este miércoles fue desconcertante por varios motivos, según ha dicho Oseguera a EL PAÍS. Primero, la sorpresa de no haber encontrado sicarios, sino feligreses evangélicos entrenando como si fueran militares —o paramilitares—. El arsenal fue también inesperado: cinco réplicas de armas largas, 14 réplicas de armas cortas, 22 cuchillos de utilería (para hipotéticos combates cuerpo a cuerpo), cascos tácticos, mochilas, botas, cartuchos, radios de comunicación, mirillas para armas, lámparas y binoculares.

No todo era utilería. También se decomisó un arma corta de nueve milímetros con sus balas, cinco cuchillos y un auto, lo mismo que computadoras y libretas. El jefe policiaco no compartió detalles de la información contenida en estos materiales, para no entorpecer las investigaciones. Tanto los hombres detenidos como los objetos asegurados quedaron bajo el resguardo de la Fiscalía General de la República (FGR).

Todos eran hombres jóvenes, apunta Oseguera Cortés, sin precisar las edades. En videos de redes sociales de reporteros locales en Morelia, la capital de Michoacán, puede observarse al grupo a su llegada a la Fiscalía, entre los que hay varios adolescentes con rostros aún de niños. También hay adultos. La mayoría, que permanece en una extraña tranquilidad, viste camisetas negras y pantalones de mezclilla.

Al momento del operativo, se fugó un hombre de Colombia, precisa el jefe policiaco. “Es una situación totalmente atípica”, reconoce. El Gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum ha rastreado la vinculación de exmilitares colombianos con grupos delincuenciales de México a los que, precisamente, adiestran en el combate y uso de armas. La presencia del ciudadano colombiano fugitivo en este operativo podría apuntar al mismo fenómeno.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *