El Debate
Un miércoles cualquiera puede convertirse en una auténtica montaña rusa de emociones deportivas. Solo basta con abrir bien los ojos, prender la televisión o encender el celular para descubrir que el mundo del deporte, una vez más, nos entregó una jornada intensa, cargada de contrastes, nombres propios, promesas cumplidas y cuentas pendientes.
Y todo comenzó con una bomba judicial: Gilbert Arenas, exestrella de la NBA y eterno personaje polémico, fue arrestado ayer por supuestamente operar partidas clandestinas de póquer de alto riesgo desde su mansión en Encino, California. Las acusaciones no son menores: conspiración, negocio ilegal de apuestas y mentirle a investigadores federales. Del triple doble al triple cargo. De la duela al estrado. Así de abrupta puede ser la caída cuando las fichas no se juegan bien.
Del escándalo pasamos al homenaje. Porque mientras Arenas enfrenta a la justicia, Santiago Giménez se prepara para enfrentar una despedida. Y no cualquier adiós: el Feyenoord, donde se convirtió en ídolo, campeón y goleador, ha decidido rendirle tributo este fin de semana en De Kuip, su casa, en el duelo frente al Wolfsburgo. En tiempos de fichajes relámpago y ciclos fugaces, lo de Giménez es una excepción emotiva: se va al AC Milán, pero se queda en el corazón de Rotterdam.
Quien también vive un gran momento, aunque sin ceremonia oficial, es José Altuve, el venezolano que simplemente no sabe jugar en piloto automático. Se fue de 4-4, pegó jonrón de tres carreras y lideró una ofensiva de los Astros que arrolló 9-1 a los Nacionales en el Daikin Park. Como si fuera poco, Yainer Díaz y Cooper Hummel también sacaron la bola del parque. Cuando Houston batea así, el aviso está claro: en octubre quieren estar de nuevo.
Del diamante al futbol mundial, donde Cristiano Ronaldo sigue acumulando años y aplausos. A sus 39, sigue haciendo goles —ahora contra Toulouse en un amistoso en Austria— y renovó con el Al Nassr hasta 2027. ¿El objetivo? Jugar hasta los 42. CR7 no quiere colgar los botines; quiere colgar más récords. Y lo está logrando.
En contraste, las tensiones también se cocinan en los emparrillados. Trey Hendrickson, líder en capturas de la NFL en 2024, ya anunció que no piensa jugar para los Bengalíes en 2025 si no le ajustan el contrato. Se entrena, sí, pero para acumular multas de 50 mil dólares por día y seguir presionando. Tiene 15.8 millones en salario base, pero quiere lo que considera justo. Y en una liga donde el talento defensivo es vital, Cincinnati deberá decidir: pagar o perder.
Finalmente, una historia que no se cuenta desde la cancha, sino desde las butacas. En Culiacán, los representantes del estadio Banorte y la Profeco celebraron su cuarta audiencia sobre el acceso de los palcohabientes al Mundial 2026. La promesa es clara: el 9 de septiembre habrá un acuerdo formal que garantice su entrada a los cinco partidos que albergará el recinto. Los dueños de palcos no quieren historias de terror en 2026. Quieren certezas.
