El Debate
La historia de Rich Hill no se escribe en capítulos breves ni en contratos largos. Se construye a través de constancia, reinvenciones y una voluntad inquebrantable por seguir compitiendo. Este martes, los Reales de Kansas City confirmaron que el veterano zurdo, de 45 años, será el abridor frente a los Cachorros de Chicago, en lo que representa un nuevo hito en su longeva carrera.
Con esta aparición, Hill igualará una de las marcas más peculiares —y reveladoras— del béisbol moderno: se convertirá en el segundo jugador en la historia de las Grandes Ligas en defender los colores de 14 equipos diferentes, igualando a Edwin Jackson.
Su travesía por la MLB es casi una enciclopedia en movimiento. Desde su debut en 2005, ha vestido los uniformes de los Cachorros, Orioles, Medias Rojas, Guardianes (entonces Indios), Angelinos, Yankees, Atléticos, Dodgers, Mellizos, Rays, Mets, Piratas, Padres, y ahora, Reales. Su currículum de clubes podría formar una división completa.
La historia detrás del regreso
Hill firmó un contrato de ligas menores con Kansas City en mayo, sin garantías, sin reflectores. Lo hizo como lo ha hecho tantas veces: confiando en su repertorio, en su curva siempre viva, y en su experiencia. Su desempeño reciente en Triple-A Omaha fue más que una señal de vida: fue un grito de vigencia.
En una de esas aperturas, se convirtió en el lanzador de mayor edad desde Nolan Ryan en recetar al menos 10 ponches en un juego profesional, enviando un mensaje claro: aún tiene con qué competir.
En nueve salidas en ligas menores esta temporada, acumuló una efectividad de 5.36 y un WHIP de 1.62 en 42 innings lanzados. Números que no impresionan en frío, pero que adquieren peso cuando se colocan en contexto: Hill sigue compitiendo a un nivel de exigencia física y mental altísimo, con 45 años.