Israel Leyva, un papá que ha buscado profesionalizarse por sus hijos

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El Sol de Hermosillo 

 

A sus 19 años, mientras muchos disfrutan de la juventud sin mayores preocupaciones, Israel Leyva experimentó de golpe una responsabilidad que transformaría su vida, cuando se convirtió en padre.

Recuerda aquella época en la que se enteró de la noticia. Desde ese instante supo que el camino sería exigente, aunque al mismo tiempo, estaría plagado de oportunidades para crecer.

Tras el nacimiento de su hija, Israel inició como ayudante en oficios variados, pasando por trabajos de pintura, soldadura y electricidad, aprendiendo tanto como le fuera posible.

Con cada trabajo, afinó habilidades, y al poco tiempo entendió que la capacitación formal podría abrirle nuevas puertas, por lo que se inscribió en el Centro de Capacitación para el Trabajo Industrial (Cecati), donde cursó soldadura, albañilería, electricidad y, especialmente, aires acondicionados y paneles solares.

día del padre
Israel Leyva se convirtió en padre a los 19 años / Foto: Wilbert Acosta | El Sol de Hermosillo

Sin embargo, la verdadera enseñanza la encontró en su padre, a quien apoyaba dando mantenimiento y arreglando sistemas de refrigeración.

“Con mi papá empecé a ayudarle cuando se dedicaba a darle servicio y reparar aires acondicionados”, explica Israel, confirmando que aprendió no sólo cuestiones técnicas, sino la manera de conducirse en el negocio.

Mientras tanto, durante las temporadas bajas de invierno, cuando las altas temperaturas de Hermosillo no demandan el uso constante del aire acondicionado, compensaba la falta de clientes con empleos eventuales y seguía inscrito en cursos, perfeccionando sus conocimientos en eléctrica y mecánica.

Hoy, a sus 32 años, Israel sale cada mañana a ganarse el pan con su camioneta cargada de herramientas: multímetro, escalera, soldador, rotomartillo, repuestos, brocas y taquetes, entre otras.

Su especialidad son los aires acondicionados, pero no ha abandonado la soldadura ni la albañilería, lo que le sirve para diversificar sus servicios y al mismo tiempo saciar su curiosidad por aprender cosas nuevas.

Mientras tanto, su familia crece, con su hija mayor que ya tiene 13 años y el menor poco más de un año de nacido, de manera que busca labrarse camino hasta consolidarse y garantizarles un futuro estable.

Este es el testimonio de un hombre que, ante la adversidad, eligió la superación, a pesar de los obstáculos, nunca dejarse vencer, por el bien de sus hijos, pues su trayectoria demuestra que la capacitación constante y la voluntad de aprender pueden convertir cualquier oficio en un proyecto de vida.