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El cantante de narcocorridos Gerardo Ortiz admitió haber violado la Ley Kingpin al participar en conciertos organizados por promotores vinculados al Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG). Su testimonio ha sido clave en la investigación y podría ser utilizado en el juicio contra su exrepresentante, Ángel del Villar, dueño de la disquera Del Records, quien enfrenta un proceso federal en Los Ángeles.
Según documentos judiciales, Ortiz reconoció haber participado en al menos seis eventos organizados por un promotor sancionado en 2018 por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, acusado de lavar dinero para el CJNG.
La información se mantuvo en reserva mientras el cantante colaboraba con el FBI en la investigación. Por su parte, Ángel del Villar ha negado los cargos y se ha declarado inocente ante las autoridades.
Este caso pone nuevamente en el ojo público la relación entre la música regional mexicana y los grupos del crimen organizado, una controversia que ha salpicado a varios artistas del género en los últimos años.
