EL SOL DE HERMOSILLO._ Sobre la calle Serdán del centro de Hermosillo se encontraba un antiguo convento de monjas, donde se dice que llegaron a ocurrir cosas difíciles de narrar, de terror.
Las ciudades antiguas, en sus construcciones históricas, albergan un sin fin de mitos e historias, que con el paso del tiempo se van convirtiendo en leyendas y algunas de ellas son increíbles y muy famosas por todo nuestro país, que con una historia tan grande y extensa abundan por todos lados.
En el caso de Hermosillo, con más de 200 años de existencia, también son conocidas algunas de estas historias llenas de misticismo, que rondan a edificaciones que existieron hace mucho tiempo, incluso algunas que aún existen, pero lo que se asegura que pasó ahí mantiene el interés de las personas que la conocen.
“Muchas son las leyendas que podemos encontrar en donde un convento es el lugar idóneo para que este tipo de mitos se generen. En esta ocasión el lugar se ubicaba en Hermosillo, Sonora y la trágica historia que se cuenta acerca de este sitio seguro no te dejará dormir.
La famosa calle Serdán ubicada en el Municipio de Hermosillo es una de las más conocidas, pero no precisamente por sus comercios o su gente, sino por la leyenda que se cuenta, y es que las personas que por ahí transitan evitan tomar ese camino en la noche, pues sonidos extraños y sombras de mujeres embarazadas que flotan se pueden ver”, dice la publicación.
El extraño convento
La página de facebook El Fonógrafo, compartió esta interesante historia, del centro de Hermosillo, una ubicación que a la fecha y durante la noche, se aprecia un vacío escalofriante en esa amplia calle, solitaria y con un tono sombrío, que le dan esas edificaciones antiguas, algunas de ellas abandonadas, que aún se mantienen de pie ahí.
“Hace muchos años, a mediados del siglo pasado existía un pequeño convento de monjas en donde las mujeres que querían ocultar su embarazo se escondían, y además después de tener a sus bebés se les invitaba a convertirse en religiosas a lo que varias de ellas accedían. Varias de estas desesperadas mujeres desaparecían y nunca más se volvía a saber de ellas; tiempo después, el famoso convento dejó de funcionar, pues el pequeño poblado cada vez murmuraba más acerca de lo que ahí sucedía”, continúa el relato.

La leyenda se dice que fue confirmada años después, cuando se reveló lo que efectivamente ahí pasaba, pues cuando fue demolido para dar paso a edificaciones más modernas, los trabajadores de la obra encontraron los restos de mujeres y de bebés dentro de las paredes, de lo que era ya el exconvento.
“La conclusión a la que llegaron era que las religiosas ocultaban los cadáveres en las paredes para que nadie se enterará de lo que ahí dentro sucedía, pues inclusive algunas monjas también se embarazaban y terminaban por matar a sus pequeños quienes eran resultado de un pecado que habían cometido… algunos otros huesos eran de las mujeres que morían al finalizar el parto”, finaliza la tétrica historia.
Sin duda el relato puede causar escalofríos por tan terribles cosas que se especula pasaban dentro de esas paredes, con tal de mantener una imagen de sociedad y no ser mal vistos por familiares, conocidos y vecinos, pero el precio que se tenía que pagar era alto y no estamos hablando de algo monetario.