Arturo Chacón vuelve al Cervantino para evocar a José Alfredo

Cultura

Tomado de: El Economista

“La música mexicana es apreciada, respetada y querida en todo el mundo. Me la piden mucho. Es un privilegio poder llevar conmigo las canciones que me criaron y me hicieron lo que soy”.
Arturo Chacón–Cruz, tenor mexicano.
La crítica estima al tenor Arturo Chacón–Cruz (Ciudad Obregón, 1977) como “una estrella que vale la pena escuchar, un cantante con una voz lírica ligera pero firmemente apoyada, con un legato encantador” (The Washington Post, EU, 2006) y dueño de “una voz con cuerpo, cálida, homogénea y bien proyectada, que corre sin problemas por toda su tesitura, con graves bien apoyados, un centro contundente y agudos emitidos con seguridad” (Revista Ritmo, Sevilla, 2022).
Chacón es un trotamundos. Domina el italiano, el inglés y el francés, y también fluye en alemán, portugués, ruso y griego. Ha encarnado más de 60 papeles sobre los más encumbrados escenarios de al menos una treintena de países, desde La Scala de Milán hasta el Carnegie Hall, en Nueva York, y, por supuesto, el Palacio de Bellas Artes, en la capital mexicana. Ha sido ovacionado por dar voz a personajes legendarios, como el Alfredo Germont en “La Traviata”, de Verdi; el Fausto en “La condenación de Fausto”, de Berlioz; a Don José en “Carmen”, de Bizet, o a Calaf en el “Turandot” de Puccini.
El tenor mexicano es uno de los más interesantes pormenores de la edición 51 del Festival Internacional Cervantino (FIC). Se presenta la noche de este miércoles 18 de octubre en el emblemático y recién restaurado Teatro Juárez, un escenario que ya conoce –ahí mismo debutó en el FIC, en 2013, dentro del programa Verdi vs. Wagner–, aunque esta segunda oportunidad viene con un sabor mucho más condimentado, especial, porque acude en representación de su estado natal, Sonora, Invitado de Honor de la edición. Pero, además, porque rendirá homenaje a José Alfredo Jiménez en ocasión de su 50º aniversario luctuoso.
Ese niño no canta mal las rancheras

“La primera parte del concierto la voy a dedicar, como siempre, a la ópera, a la zarzuela, a la música italiana y alemana. Pero la segunda parte la hemos planeado para dedicarla completamente a José Alfredo”, comparte el tenor y complementa: “nuestras almas se han formado alrededor de su música. Hay muchas personas que escuchan los primeros tres acordes de un tema de José Alfredo y su estado de humor cambia rotundamente. Y eso es lo que espero lograr con el público en el Teatro Juárez”.
Vale la pena hacer una recapitulación sobre la infancia de Arturo Chacón–Cruz e indagar en cuáles fueron sus primeras referencias musicales, aquello que lo motivó a entregarse al canto, porque en esas evocaciones usted podrá encontrarse con una grata coincidencia.
“Empecé cantando desde muy chiquito. A los seis años ya pertenecía al coro de la escuela. Pero (de manera individual) empecé cantando música ranchera, por supuesto. Mi primer concurso de canto fue casi a los siete años. Canté ‘México lindo y querido’ (de Chucho Monge), pero de ahí empecé a cantar ‘El Rey’ y muchas más de José Alfredo”, recuerda el nacido en Ciudad Obregón.
“Siempre me consideré cantante, pero no tenía la intención de convertirme en profesional. En los pueblos pequeños uno se imagina que hay que ser dentista, doctor, abogado o agricultor, lo que sea, pero la carrera en la música no se presenta como una posibilidad para muchas personas. Y esa oportunidad se me presentó hasta que terminé la preparatoria. Ya había entrado a la carrera, pero yo seguía cantando y ganaba concursos de mariachi donde los premios eran botellas de tequila”, recuerda entre risas. “Incluso fue uno de los mariachis quien me dijo que yo podía cantar ópera y me instó a investigar y buscar un maestro. Así fue que me inicié”.
Un acto de valor y rebeldía

En México, celebra el tenor, ha habido un esfuerzo estatal para impulsar el talento musical entre los más pequeños. “Ha evolucionado para bien, pero aún creo que falta mucho para ser suficiente. Lo más importante es que haya formación artística, que los niños, número uno, tengan acceso a la música en vivo y es algo que está haciendo bien el Estudio de Ópera de Bellas Artes (EOBA) con programas de conciertos para las comunidades, entre otras instituciones. Pero digo que no es suficiente porque en nuestro país hay millones de personas que necesitan más proximidad, si no es a la música lírica, sí a los clásicos mexicanos. Para mí eso fue fundamental desde la educación primaria. Yo sé que las generaciones más jóvenes están menos interesadas en los temas viejitos, pero esta música tiene historia. Si tuviéramos un programa de rescate de la música tradicional mexicana, tendríamos muchos más niños amando las canciones tradicionales y menos que canten, digamos, a Peso Pluma”.
Históricamente, la formación artística y la cultura, como sucede en otros niveles de la política pública, lamenta, es lo primero que se desdeña. Por ello, señala, decantarse por las artes sigue siendo un acto de valor y de rebeldía.
“Un pueblo mal educado es un pueblo obediente. Y no queremos eso, queremos un pueblo que cuestione, que tenga acceso al pensamiento libre, a la cultura y al desarrollo personal”, opina finalmente.
Después de su presentación en Guanajuato, Chacón–Cruz hará sus maletas para presentarse en escenarios de Detroit, Tenerife, Barcelona, Las Palmas, Burdeos y Lieja.
De la ingeniería a los grandes escenarios

Arturo Chacón–Cruz inició sus estudios en Ingeniería Industrial, pero terminó desertando la carrera para decantarse por la música. “Las estadísticas dicen que una ingeniería da más (solvencia) que una carrera en la música. Y eso me pone a pensar: ¿si hubiera decidido seguir la ingeniería sería más feliz? Y la respuesta es inmediata, es no, no sería más feliz. Soy muy feliz gracias a lo que la música me ha dado. Quizás decidirse por las carreras tradicionales sea garantía de que no nos vamos a morir de hambre, pero la felicidad no tiene precio”.
Palmarés del tenor mexicano:
Premio Especial “Antonio Dávalos Osio” 2000 – Concurso Nacional de Ópera Carlo Morelli
Premio de Elección de la Audiencia 2003 – Competición Eleanor McCollum
Medalla Sonorense Distinguido 2008
Medalla Alfonso Ortiz Tirado 2013
Premio Estrella Emergente Manetti-Shrem 2017 – Ópera de San Francisco
Presea José Pablo Moncayo 2018 – Orquesta Filarmónica de Jalisco

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