Democracia y debate | Si no pueden, renuncien

Columnas Opinión de Salvador Ávila

Fernando fue asesinado, con 14 años y toda una vida por delante segada por el crimen, como respuesta surge uno de los grandes líderes, activistas que puso la cara y la inteligencia frente al fracaso de las autoridades.

Alejandro Martí, empresario que deja todo de lado para enfrentar la torpeza gubernamental. Fue por Fernando, su hijo asesinado que reflexiona, sufre, llora y se activa socialmente.

Su grito de guerra retiembla todavía hoy sigue moviendo conciencias, no de funcionarios que ellos no tienen mucha, pero sí de la sociedad que se sigue organizando.

“Si no pueden, renuncien”, con lágrimas en los ojos habla fuerte Alejandro, después de soportar el dolor de la pérdida de Fernando, terror, en México, crisis de seguridad, señala.

México vive una de las peores épocas en temas de seguridad “Yo perdí mi hijo”, la fuerza de Fernando ayuda a Alejandro a luchar por un México mejor, pide el activista por leyes que no sean reactivas, recuerda a la sociedad que soporta indolencia, irresponsabilidad, de dejar hacer y de corrupción.

Todo lo que señala Martí, es producto de la impunidad. Habla de dolor, ¿quién mató a mi hijo? Se pregunta… Lo matamos todos nosotros, sigue reflexionando, creamos lo que estamos viviendo, se reconoce como responsable también y habla la oportunidad.

Quiere Alejandro recobrar la confianza en las Instituciones, el honor que tiene Martí es hablar en nombre de todos los mexicanos que sufren por una pena que tiene que ver con la pérdida de un hijo, de una hija. Es Fernando el que le da voz a Alejandro.

“Si piensan que la vara es muy alta, si piensan que es imposible hacerlo si no pueden renuncien…” el grito de guerra que sigue tan actual, que está tan vigente, que parece que fue hoy mismo, este grito que se ha repetido una y otra vez, pero que desde hace años encuentra oídos sordos, la sociedad se ha seguido organizando y esta sociedad es golpeada desde el Gobierno.

Al régimen no le gusta la sociedad civil organizada, menos le gusta renunciar, ella la burocracia, responde al jefe inmediato, no a la sociedad, no a quien votó por el o por ella, NO renunciará, sólo lo hará en caso de que lo pida su jefe, su jefa inmediata, hoy como hace años, no pueden, pero no renuncian.

Alejandro Martí, se ha ido, pero su ejemplo que nace de la pérdida de su hijo se queda con nosotros.