Tomado de: El Debate
Cecilia Patricia Flores Armenta perdió una parte de su corazón en el año 2015, cuando desapareció su hijo Alejandro Guadalupe en Los Mochis, Sinaloa, y en 2019 otro trozo de su alma se le extravió, no lo encuentra, pues desapareció un segundo hijo, Marco Antonio, en Bahía de Kino, Sonora.
Desde esos años la sonorense no tiene descanso. Día y noche vaga entre surcos, entre veredas despobladas, camina entre el peligro y por donde anda se respira el miedo, pero esto a ella no le importa porque puede más, siempre podrá más su inacabable amor de madre que desempeñar cualquier otro rol en la vida.
Son ocho años de la desaparición de su hijo Alejandro, Cecilia. A partir de ahí su vida dio un vuelco…
Todo cambió de la noche a la mañana. Antes de esto siempre andaba con mi esposo de viajes de placer, de negocios, pero nunca pensé que mi vida sería recorrer el país para buscar entre la tierra a mis hijos.
Lamentablemente ahora ese es mi caminar, mis salidas, buscarlos a ellos, y así será hasta encontrarlos.
Han sido años de mucho de dolor, de esperar…
Así es. Ocho años tiene desaparecido el primero de mis hijos, lo suficiente como para que ya hubiera vuelto a casa si las autoridades hubieran hecho su trabajo, pero no hacen búsqueda e investigación, y entonces la tengo que hacer yo porque yo soy la que necesita a mis hijos en casa.
Ellos como seres humanos tienen derecho de volver y yo como madre tengo también ese derecho de que vuelvan, y de buscarlos a ambos hasta encontrarlos.
Sin embargo, no cesa. Igual recorre el país en días festivos, en el frío, calor, lluvia…
No puedo parar porque no tengo a mis hijos, no puedo darme el lujo de irme a llorar a mi casa porque no los voy a encontrar ahí. Esta es la lucha que me ha dado resultados porque a la mejor no los he encontrado a ellos pero sí a muchos hijos que no tenían sus madres en casa y que Dios puso en mi camino.
¿Y qué representa esto para usted, encontrar a seres queridos de otros?
Primero, son sentimientos encontrados porque el hallar a una persona viva es una esperanza pero el encontrarla sin vida es un dolor muy grande. Siempre queremos hallarlos vivos, que se los hayan llevado a trabajar y que los regresen, aunque con el pasar de los años se nos va quitando esa esperanza. La paz que yo busco para mi familia es la que encuentro en cada persona que localizamos.
¿Tiene miedo?
Sí, claro, soy un ser humano, pero el miedo más grande que tengo es no volver a ver a mis hijos, eso es lo que me motiva: el amor de mis hijos y mi obligación de madre de buscarlos.
Y a esta tarea de búsqueda entre parajes solitarios se le han unido otras mamás…
Somos hermanas del mismo dolor, una familia en varios estados de México, que puede haber problemas pero lo resolvemos de la mejor manera, porque en el colectivo Madres Buscadoras de Sonora nos acompañamos en búsquedas.
Y hay incertidumbre, zozobra, y todo lo sortean en esa hermandad…
Sí. Es un dolor que no acaba, es un duelo permanente tener un hijo desaparecido porque no sabemos cuándo va a llegar el momento en el que lo vamos a encontrar, no sabemos si es con vida o sin vida, o si nunca lo vamos a hallar. Esa es la incertidumbre, y el dolor y la incertidumbre lamentablemente se ha llevado a muchas madres, a muchos padres que han partido sin saber dónde está su hijo, su hija.
Se dice que uno no se va a llevar nada cuando muera, ¿cree que ese dolor que siente también desaparecerá al trascender?
Cosas materiales uno no se va a llevar, pero quienes tienen un hijo desaparecido creo que parten con ese dolor de no saber dónde quedó su familiar, por eso es que nosotros tenemos el compromiso de seguir buscándolos, como el caso de una integrante de Madres Buscadoras de Sonora que murió sin saber nada de su hijo, y también falleció su hermana, y se fueron con el sufrimiento de no saber dónde está él. Ahora nos quedamos las madres que lo conocíamos con esa lucha de encontrarlo. Él se llama Jesús Gilberto López, desaparecido desde el 2019.
¿Y qué mensaje les da a quienes tienen un familiar desaparecido?
Que dejen ese miedo, ese confort en el hogar, en la comodidad de su casa, del lugar donde están tranquilos a gusto, y se unan a las búsquedas porque qué pasa con ese amor que decimos tenerles a nuestros hijos, por qué no buscarlos, ¿por ser culpables? No.
Yo busco un culpable y un inocente porque uno de mis hijos era una persona que se dedicaba a las drogas pero el otro era inocente, se dedicaba a trabajar; pero porque uno no sea inocente yo lo voy a dejar y voy a buscar al otro, igual lo voy a buscar con el mismo amor, con las mismas fuerzas porque los dos son mis hijos.
No hay que ponernos a pensar que nuestros hijos por ser delincuentes no tienen el derecho de ser buscados. Yo siempre he dicho que buenos o malos, culpables o inocentes, son humanos y como humanos tienen derecho de volver a casa.
El Perfil
Cecilia Patricia Flores Armenta
Madre de Jóvenes Desaparecidos
Edad:
50 años
A Cecilia Flores la resguarda el Estado, pues recibió amenazas de muerte en su estado natal, Sonora. Vive fuera de este pero regresa para buscar a dos de sus seres más amados.
La entrevista se realizó en la Laguna de Oxidación de Juan José Ríos, en Ahome, donde le informaron que ahí se encuentra Alejandro.
https://www.debate.com.mx/sinaloa/losmochis/El-miedo-mas-grande-que-tengo-es-no-volver-a-ver-a-mis-hijos-20230413-0007.html
