Tomado de: Revista Mujeres
OAXACA, OAX.- Platicar con Adán Paredes -ceramista-escultor- uno de los artistas mexicanos más importantes en este país, escuchar sus vivencias y trayectoria artística es un privilegio, cada obra realizada desde hace 42 años surge de la admiración y fascinación a las raíces mexicanas, a sus pueblos autóctonos donde lo místico siempre está presente en la vida cotidiana y son su bandera para compartir al mundo el orgullo de ser mexicano.
Las obras de Adán Paredes pertenecen a las colecciones más importantes en recintos culturales en el mundo, enumerarlas podría ser pretencioso, pero, es relevante recalcar el valor de su trabajo artístico, el cual siempre ha buscado compartirlo en su país, a través de donaciones de piezas monumentales, que conllevan un proceso de creación, investigación, de un hilo conductor que hable de temas sociales de una forma poética y estética.
Revista mujeres Shaíque se solidariza con la exigencia de transparencia en la decisión de remoción de la pieza “Lluvia de Tenábaris” instalada en junio de 2017, donada al MUSAS Museo de Arte de Sonora y que fue reinaugurado el 28 de octubre de este año. Necesario es conocer la verdad de lo acontecido con la obra del artista Adán Paredes.
En 2015, en la anterior administración de cultura de Sonora, ese estado me invitó a realizar una exposición en el Museo de Arte de Sonora (MUSAS), un espacio muy interesante. Conocer y recorrer el espacio me generó el interés de crear una exposición que hablara de un tema social como lo es la migración, problemática vigente. En vez de crear piezas que tuvieran como fin la venta, antepuse el interés económico por el interés del quehacer artístico con la necesidad de hablar de temas que deben importarnos a todos, desarrollar este tema me llevó dos años de investigación, planeación, logística y, en junio de 2017, se inauguró la exposición Anhelos Extraviados, que después se expuso en el MUPO, en Oaxaca.
Una pieza icónica dentro de la exposición Anhelos Extraviados se creó exprofeso para el MUSAS, al llegar se encuentra un lobby muy bello que tiene una gran altura y sugerí a la directiva colocar una pieza en ese espacio, propuesta que fue aceptada.
En mi caso, el arte no pasa por ocurrencias, sino por un proceso de creación, investigación de años para desarrollar una exposición temática como, por ejemplo en Oaxaca, en 2012, con el tema del mar Naufragio de Barro y Bitácora de Viaje y, en junio de 2017, la migración que a la par de esta última me llevó a desarrollar la obra “Lluvia de Tenábaris”.
Los Tenábaris son los cascabeles que la entnia yaqui, seri, mayo, cucapa entre otras que utilizan en la Danza del Venado, colocándolos en los tobillos, muñecas y cintura y que durante mucho tiempo se hicieron de una mariposa que se llama cuatro espejos, los cosen y les ponen una piedrita y suena, no solo por su belleza, sino por el significado que encontré en la investigación realizada, cómo a partir de lo simbólico, del ritual y ceremonial estos instrumentos para las culturas indígenas es lo sagrado. En la Danza de las Pascolas que muchos grupos del norte bailan o los rarámuris de la Sierra de Chihuahua donde realicé prácticas de campo en los 80, por ejemplo, dicen una frase muy bella “el mundo existe porque nosotros bailamos”. ¡Qué belleza que en estas danzas-rituales hay mucho de la expresión de la lucha del bien y el mal! si lo transpolamos a Oaxaca, hay otro tipo de cascabeles en las muerteadas, que son de metal y suenan y, también tienen su significado.
Este misticismo lo quise trasladar a esta pieza de cerámica, que nos llevó casi un año de trabajo a partir de la conceptualización, son 22 mil piezas de barro/cerámica hechas a mano, haciendo una alusión a los cascabeles como si fueran una semilla. Se armaron 180 hilos de 13 metros y otros de 11.5 metros, trasladamos la pieza de Oaxaca a Sonora para que mi equipo y yo la colocáramos manualmente, requerimos de andamios colocados a 17 metros de altura, una grúa no permitía tener la movilidad necesaria, fue una odisea colocar cada hilo.
“Lluvia de Tenábaris” se creó para honrar, respetar y homenajear a las culturas originarias del noroeste donde está el museo y se sintieran parte de la cultura en este recinto contemporáneo, fue un regalo para los sonorenses, un símbolo de unión entre los mexicanos. Cabe recalcar que, después de exhibir esta pieza decidí donarla como patrimonio cultural del estado de Sonora, ya que los museos están para servir a las comunidades, al público en general. El arte es para todos, con ese espíritu, cariño y respeto, fue que se desarrolló todo este trabajo y que estuvo exhibida 5 años hasta el pasado octubre.
Cambió la dirección del MUSAS tras estar cerrado muchos meses, el ahora director Octavio Avendaño Trujillo sin un documento oficial ni acuerdo previo, retiró y resguardó la pieza “Lluvia de Tanábaris” que entró al programa de donaciones del museo, no me pareció correcta esa decisión sin consultarme, menos decirme la verdad de la situación, ya que el MUSAS fue reinaugurado el 28 de octubre. La noticia me preocupó mucho porque no existe respeto hacia los sonorenses a quienes les pertenece la pieza, al contrato que se realizó en el momento de la donación, a mi equipo de colaboradores quienes intervinieron en la realización y montaje y, por supuesto, a mi persona. Quiero dejar claro que no es por ser el creador de la obra, es exigir respeto a los creadores mexicanos y al patrimonio cultural.
Este infortunio se convirtió en un tema mediático, ya que en una entrevista el director Octavio Avendaño que es museógrafo declaró que me avisó de esta decisión, que Protección Civil le recomendó removerla y la directora del Instituto Sonorense de Cultura Beatriz Aldaco avaló las declaraciones del director del museo. La persona que quitó con una grúa la pieza se llama Jesús Madrid que entiendo no es muséografo ni trabaja en el MUSAS.
No estoy de acuerdo en la manera en que se tomó la decisión de remover la pieza, estoy en contra de las arbitrariedades, porque no tomaron en cuenta al creador, en cualquier museo del mundo se debe seguir un protocolo y acciones para desmontar, embalar y resguardar cualquier pieza de arte, argumentar sin un peritaje oficial de Protección Civil de Sonora que nunca recibí, ni un oficio con antelación de esta decisión, es pisotear mi labor artística de 42 años.
Tengo 42 años en este oficio y si en este momento de mi vida no me he ganado el derecho de acreditar y defender mi trabajo, entonces, no me debería dedicar a esto.
Esta difícil situación me ha hecho replantearme muchas cosas de mi quehacer artístico, es una enseñanza de vida que espero a muchos artistas les sirva y evitemos que más casos así sucedan, alzo la voz y doy a conocer cómo fueron las cosas, para que las autoridades culturales de este país no pasen por alto esto, porque seguramente otros artistas han pasado por este tipo de situaciones.
Soy una persona honesta, que seguirá en el camino de la creación artística, no pertenezco a ningún partido político y, aunque es desalentadora esta vivencia y uno no es profeta en su tierra, no dejaré de compartir en espacios públicos mis obras de las cuales son parte todos los involucrados en el Taller Los Alacranes.
También es pertinente aclarar que en mi caso nunca he recibido dinero por parte de alguna institución para realizar una exposición, es una decisión personal que conlleva mucha planeación, inversión propia, un gran trabajo de investigación, conceptualización, realización, ya que el barro tiene tiempos y procesos y suspendo la venta de piezas que financian el taller.
Para mí es una convicción moral hacer mis piezas, si el arte no es para compartir pierde sentido y su finalidad.
https://revista-mujeres.com/tengo-42-anos-en-el-oficio-del-barro-si-en-este-momento-de-mi-vida-no-me-he-ganado-el-derecho-de-acreditar-y-defender-mi-trabajo-entonces-no-me-deberia-dedicar-a-esto-adan-paredes/