“Te presento a mi hijo”: Madres buscadoras, club al que nadie quiere pertenecer, hace historia en Jalisco

Sonora

Tomado de: El Debate

Guadalajara, Jalisco.- Aquí se presenta a los miembros de la familia sin protocolos de etiqueta ni vestimenta de lujo. En la mayoría de los casos están destrozados, irreconocibles, putrefactos ¡De la peor manera! Eso no roba la alegría en el rostro de quienes integran el club de madres buscadoras, uno de los más grandes de México, pese a que nadie quiere pertenecer.

Desde la noche de este domingo integrantes de diversos colectivos de Sonora, Guanajuato, Michoacán, Estado de México, Puebla y Jalisco se congregaron en la ciudad de Guadalajara con un solo objetivo “trabajar, hallar, entregar y descansar” por fin de la agonía que es vivir con la incertidumbre del paradero de tener un ser querido que está desaparecido.

Desde las 7:20 horas de hoy se empezaron a congregar para realizar la primera brigada de búsqueda de campo realizada en Jalisco con la participación de diversos colectivos y autoridades de la Comisión Estatal de Búsqueda (CLB) de personas desaparecidas.

Tras un largo peregrinar por 23 kilómetros de la Zona Metropolitana de Guadalajara se llegó a la calle Lomas de Barcelona, de la colonia Lomas del Sur, de Tlajomulco, municipio del cual en los últimos dos años se han exhumado la mayor cantidad de cadáveres de fosas clandestinas de todo México según las propias cifras del Gobierno Federal. Hoy las estadísticas no los hicieron quedar mal.

A escasos diez minutos de haber ingresado a una vivienda abandonada el grupo de mujeres detectó que en el patio trasero el suelo se sentía “fofo”, “hueco”, pese a que tenía una ligera capa de concreto encima.

Un azadón y una pala bastaron para quitar la superficie. Pronto, Baudelia Castillo, una de las rastreadoras del Colectivo Buscadoras de Sonora, daba cátedra. Sin titubeos clavó una varilla vidente de aproximadamente metro y medio y se fue hasta el fondo. Al sacarla, dirigió el pico a su nariz y dijo: “Aquí hay algo”. ¡Éxito a la primera!
“Cuando checamos y calculamos que pude haber algo metemos la varilla vidente y sale la peste. Aquí, al meter la varilla me di cuenta que olía y empezamos a escarbar y salieron primero dos costillas y al seguir escarbando nos dimos cuenta que había más pero desgraciadamente Fiscalía ya no nos dejó abrir la fosa”, explica quien en fechas pasadas logró detectar 68 cadáveres en una fosa clandestina de Puerto Peñasco.

Quien busca a una de sus sobrinas desde el 2020 y además reportó la finca de Tlajomulco a las autoridades explicó que “fue llamada anónima que nos hicieron a la página del colectivo Todos Somos Karey … me llegó hace como 7 meses. Vinimos a checar, pero estaba habitado por personas que viven en la calle… Sí hay dos femeninas, dos mujeres que tienen aproximadamente dos años. … no especifican, nada más, dicen en tal lado y tu ve y busca… hay cuatro (lugares más) en particular aquí (en la colonia Lomas del Sur) son tres más y en alrededores de Tlajomulco”, revela.

En el grupo también se encuentra Leticia Cárdenas Moreno, quien busca a su hijo José Luis López Cárdenas, desaparecido desde el 15 de julio del 2020 en el fraccionamiento Villas Terranova, de Tlajomulco de Zúñiga. Asegura que el municipio “¡es tierra de nadie! Aquí es prácticamente un cementerio, donde quiera han encontrado fosas, donde quiera se sabe de desaparecido” y añade “esto de los desaparecidos ha estado en aumento”.

Con una foto en su mano, la mujer explica, cómo fue raptado su hijo. “Estaba en tratos de vender su carro, le dieron una cita ahí. Primero le dieron una cita aquí en Lomas del Sur, pero le cambiaron la dirección. Llegó ahí y ya no volvimos a saber nada de él. El carro aparece cuatro días después en un fraccionamiento de aquí de Tlajomulco, desmantelado”.

De su hijo aún no sabe nada, de los delincuentes tampoco, pues dice, autoridades de la Fiscalía General del Estado de Jalisco dijeron no haber encontrado ninguna huella en la unidad a pesar de que esta fue desarmada por completo.

César Aarón Alarcón Ramírez, originario de la Tultitlán, Estado de México, también gustaba de ir al volante de su camión de carga y su familia jamás imaginó que el desempeñar este oficio en los límites de Michoacán y Jalisco se convertiría en una pesadilla que se ha prolongado desde el 20 de julio del 2020 a la fecha.

En Jacona entregó su carga de mango a una procesadora de jugos. Para su retorno pidió a su familia le depositaran dinero para cargar diésel cuando ya circulaba sobre la carretera que comunica a La Barca, Jalisco. La llamada fue interrumpida, pues antes de la gasolinera había un reté y le solicitaban que parara. Después de las 6:00 de la tarde ya no se supo de él.

“Ya no pasó a la gasolinera porque el dinero quedó en la tarjeta, no sacó nada… Nosotros suponemos que el retén era de policías porque al pararse (era obvio)”, dice su esposa Carmela López Arroyo, quien dejó con familiares a sus tres hijas de 17, 15 y 8 años con la promesa de encontrar a su padre.
La desaparición de César Aarón no es la única en la zona. “En esa parte de La Barca han desaparecido aproximadamente cinco tráileres. Es punto rojo ahí y las autoridades no hacen nada”, reclama Carmela.
En los Altos de Jalisco, la situación no es diferente. En 2019, a la familia de Miguel Ángel Olvera Baldera, originario de Obrejuelos, Apaseo el Grande, le tocó trajinar entre Guanajuato, Querétaro y Jalisco para hallar su cuerpo. Lo siguen buscando y la forma en que murió y su cadáver desapareció sigue siendo un misterio.

“Mi hermano según se vino a trabajar (a Jalisco) con otros amigos. La esposa de uno de ellos llegó con nosotros y nos dicen ‘mataron a los muchachos y entre ellos está tu hermano’”. Fue una funeraria local que los saca de su confusión y les dice que el cadáver de Miguel está en San Juan de los Lagos, Jalisco, pero al llegar descubrieron que debían acudir a Lagos de Moreno en donde están las oficinas regionales de la SEMEFO.

Ahí, les dijeron que no tenían esos cuatro cuerpos. Al día siguiente, por sugerencia de la Policía Municipal volvieron a San Juan de Los Lagos en donde de nuevo se les negó tener víctimas del multihomicidio. “Casi nos amenazaron”, exclama Angélica hermana de Miguel, quien confiesa que el temor los hizo volver a casa con las manos y el ataúd vacío.

“Nos fuimos a la casa y la persona que reportó todo empezó a cambiar todas las versiones… y ya nos empezó a amenazar que porqué andábamos buscando con las autoridades”, recuerda Gloria y su madre.

La desaparición de jóvenes no es algo nuevo en Jalisco

Aunque recientemente a nivel nacional ha causado asombro el rapto de menores de edad, principalmente por los casos vividos en Ciudad Juárez y Zacatecas, en Jalisco estos crímenes no es novedad.

Rosaura Patricia Magaña Rivera busca a su hijo Carlos Eduardo Amador Magaña, quien desapareció en la colonia Las Huertas de Tlaquepaque el 13 de julio de 2017. Apenas tenía 20 años de edad. Para fortalecer su búsqueda fundó el colectivo Entre Cielo y Tierra, en el cual se buscan actualmente 120 personas más.

“Yo empecé en Morelia en el 2017 en la cuarta brigada de Michoacán. Yo iba reciente, desempacadita, de esas veces que el dolor lo traes (aprieta sus manos y rechina sus dientes), la vida sangrando y es muy fuerte que te veas en esas situaciones… eso te margina, aparte de que llevas el dolor, entonces eso es lo que nos empuja a darle la mano a las demás”, comparte frente a las representantes de otros colectivos del país, quienes la escuchan con atención.
Araceli Hernández Márquez es una de ellas, quien hoy busca a dos de sus hijos, quienes fueron raptados con solo dos días de diferencia y por el mismo hombre, asegura. Vanesa Beneranda y Manuel Alejandro Hernández tenían 24 y 20 años cuando los vio por última vez a finales de agosto del 2017.

“El mismo tipo fue el que se los llevó. Donde terminó el teléfono de mi hija fue donde terminó el de mi hijo: en la casa de seguridad de este hombre”. Actualmente existe la posibilidad de que restos humanos localizados en la colonia Francisco I Madero de Tlaquepaque sean los de sus hijos, sin embargo, falta que me den “la confronta”, resultados de las pruebas de ADN, proceso que puede tardar meses en desarrollo.

Mientras tanto, ella teme también por su vida debido a la impunidad que, dice, reina en la entidad, pues señala que el presunto raptor de sus hijos ya ha sido detenido en posesión de cuatro cuerpos mutilados en su camioneta, obtuvo la libertad 9 meses después. Celebra que recientemente lo volvieron a capturar, también vinculado al delito de homicidios dolosos, sin embargo, teme que de nuevo quede en libertad.

“Yo ya me metí con la Fiscal directamente, porque es mi temor que lo dejen libre… La foto de él está desde un inicio que se llevaron a mis hijos está su foto en las carpetas de investigación… El tiempo pasa y pasa y como que duele más, porque te das cuenta de la realidad, ¡que no nos ayudan!”, dice en referencia a las autoridades de Jalisco.

A la lista de jóvenes desaparecidos en Jalisco se suma Karey Lucrecia Franco Gutiérrez, quien fue sacada de su cama cuando dormía junto a su hermana el pasado 24 de marzo del 2020. Hoy un colectivo lleva su nombre.

Sobre los raptores de la joven de 19 años de edad se sabe eran presuntos oficiales de la Fiscalía de Jalisco, quienes jamás presentaron una orden de cateo para ingresar a su casa, en el fraccionamiento Alborada de Tlajomulco.

Este lunes, las esperanzas de Blanca Belén Gutiérrez González crecieron con el hallazgo de dos posibles cadáveres de mujeres localizados en la colonia Lomas del Sur, aunque confiesa, cree que su hija está siendo víctima de prostitución.

“Quizá hasta me la tengan trabajando, porque con esto de la pandemia, se desató muy fuerte en cuestión de la economía que ya no había muchos ingresos. Ha habido audios que nos han llegado a los grupos en donde personas dan información que un grupo de personas de la Ciudad de México “Chilangos” llegaron aquí a la ciudad y les estaban pagando alrededor de 10 mil pesos por levantar muchachas y llevárselas. ¿A causa de qué? De que al crimen organizado se les cerraron muchas fuentes de sus ingresos y empezaron a llevarse a esas chicas para la trata de blancas”, señala
Los testimonios de su hija menor acrecientan esta versión. “Me platicó que uno dijo que la soltara que no era ella, pero él le respondió que ya habían hecho su desmadre, que no podían dejar las cosas así y se la llevaron por su gusto. Nunca la forcejearon. Iba toda dormida, mi hija ni se dio cuenta qué estaba pasando”, asegura.
Con esperanza de que aún esté viva Blanca le manda decir a su hija Karey: “Te estamos esperando, te amo y si estás en algún lugar no tengas miedo, regresa. Desde el momento que desapareciste un solo momento no he dejado de buscarte. Tienes a su papá en angustia, tus hermanitos lloran mucho, tus amigos te están esperando y tu novio que dejaste acá… Regresa, yo te estoy esperando en el mismo lugar que ya sabes”, dice mientras se quiebre su voz y broten lágrimas de sus ojos.

DEBATE hoy puede contar historias como estas gracias a Yadira Estrada Ávila, fundadora del colectivo Buscadoras de Guadalajara y quien convocó a colectivos de todo México para realizar la primera brigada para buscar en campo a personas desaparecidas en Jalisco. La idea le nació luego de que las Madres Buscadoras de Sonora le han ayudado a buscar a Iván Alfredo Estrada Ávila, desaparecido desde el 3 de febrero del 2020 en Guaymas.

“(En noviembre del 2021) encontramos 14 fosas y de ahí fueron 27 cuerpos los que sacamos. Fue un día muy devastador para todas. Yo llegué derrumbada. Fue algo muy fuerte para mí… fue inimaginable encontrar tantas fosas seguiditas… Yo dije tengo que hacer algo para ayudar, así como ellos me están ayudando a mi… así como buscan al mío quiero ayudarle a buscar a los suyos y en diciembre empezamos a contactar gente”, dice.

Yadira también espera que esta brigada de búsqueda en campo, que se realiza con esta magnitud en la entidad, no sea la primera ni la última.

Claman arrepentimiento de homicidas y empatía de la sociedad

Rosaura Patricia Magaña Rivera, madre de Carlos Eduardo Amador Magaña, señala que, en este club de madres buscadoras del que todas quisieran salir, se ha logrado un completo entendimiento, aunque los casos de desaparición se hayan dado en circunstancias completamente diferentes.
“Tenemos el mismo dolor porque es el amor por que viene de nuestro vientre, pero son diferentes situaciones, características que se manejan”, dice.

Un agente policiaco consuela a la señora Luz María Mora Valencia, de Michoacán, quien busca en diversos colectivos a su hijo Héctor Manuel Guevara Mora, desaparecido el 16 de enero del 2021. “Supuestamente su ubicación fue en Querétaro, pero él vivía aquí en Guadalajara”, dice su madre.
Y para una madre, no hay peor dolor que el ignorar el paradero de sus hijos, la condición en que están o incluso no tener siquiera un lugar digno en donde llorarles, por lo que claman a criminales les regresen a sus retoños, sin importar la condición, y a la sociedad en general les piden denuncien o reporten cualquier acción o dato, por mínimo que este parezca.

“Aunque todos vemos, todos callamos. ¿Por qué no todos tenemos el valor de hablar lo que viste y de decir en esta casa se vende, o en esta casa en la noche se oyen gritos, se oyen violaciones o se huele, hay algo? ¡No somos tan honestos en la sociedad! ¿Por qué? Somos nuestro circulo, nuestro entorno, que no queremos salir de nuestro confort que no damos tantito más a nuestro prójimo, no tenemos empatía, hasta que ya estamos de este lado. Yo jamás pensé estar de este lado”, confesó Rosaura hoy piden denunciar sin antes señalar.
Al clamor se suma Baudelia Castillo, quien aclara “buenos o malos, culpables o inocentes, son nuestros hijos. Nosotras como madres no tenemos la culpa de andar sufriendo por ellos. No queremos culpables, ¡a nadie les pedimos justicia! Simplemente encontrarlos y darnos un descanso que lo merecemos como madres”, puntualizó.

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