Hermosillo, Sonora.- Sin que se tratara de un simulacro, las sirenas de alarma antibombardeo ulularon este lunes en Jerusalén por primera vez desde la guerra de 2014 en Gaza. En represalia por el disparo de siete cohetes contra la ciudad y el centro de Israel, el Ejército bombardeó posiciones de Hamás en la franja de Gaza. En los ataques murieron 20 personas, entre ellas nueve niños, según fuentes sanitarias del enclave.

La ola de violencia que durante el mes de Ramadán había estallado en Jerusalén, donde más de 300 palestinos resultaron heridos en choques con la policía en la mezquita de Al Aqsa, se ha extendido así hasta Gaza.
El Ejército israelí aseguró en un comunicado que había interceptado uno de los cohetes con el escudo defensivo antimisiles Cúpula de Hierro, lo que provocó que se escucharan explosiones en torno a Jerusalén por primera vez desde 2014. Otro de los proyectiles cayó cerca de una casa de las afueras de la ciudad y el resto impactaron en diversos descampados. La sede de la Kneset (Parlamento), donde se celebraba una sesión, tuvo que ser evacuada. Hamás había advertido en un comunicado pocas horas antes de que si las fuerzas de seguridad israelíes no se retiraban de la mezquita de Al Aqsa actuarían “en represalia por los crímenes en la Ciudad Santa y la brutalidad contra el pueblo palestino”.

Tras el disparo de los cohetes, un portavoz castrense precisó, en una conferencia telemática celebrada con la prensa internacional, que Israel había lanzado una gran ofensiva contra las bases de Hamás en la franja de Gaza. Uno de los comandantes de las milicias islamistas era uno de los objetivos seleccionados, según informó el teniente coronel Jonathan Conricus. Las milicias de Hamás dispararon más de 150 cohetes sobre el área fronteriza israelí, donde anoche se sucedían las alertas rojas de ataque inminente, sin que se informara de que se hubieran producido daños personales ni evacuaciones masivas de residentes en la zona.

Aunque la violencia había estado escalando durante el mes de Ramadán en Jerusalén se vivió la jornada con mayor tensión. Al menos 305 palestinos resultaron heridos, de los que 228 tuvieron que ser hospitalizados, según la Media Luna Roja, en choques con la policía israelí tras el rezo de la mañana en la mezquita de Al Aqsa, tercer lugar sagrado del islam. Imágenes difundidas a través de las redes sociales mostraban a los fieles entre el humo de granadas lacrimógenas en el interior del templo, mientras en la explanada del recinto religioso se producía una batalla campal a pedradas, y con lanzamiento de granadas aturdidoras y el disparo de balas forradas de caucho por las fuerzas de seguridad.
