¿Qué fue de los naranjos que alguna vez fueron representativos de Hermosillo?

Hermosillo, SONORA.- Porque era la fruta que más se cultivaba en el municipio y además el cítrico sembrado en los principales camellones, parques y plazas a Hermosillo se le decía “La Ciudad de los Naranjos” a la capital sonorense.

Y aunque el escudo municipal sigue con la imagen de siete naranjas y el nombre del equipo local de béisbol es Naranjeros de Hermosillo, los árboles que dan este fruto son cada vez más escasos en la ciudad.

Si bien la falta de agua fomentó que en áreas públicas se sembraran otro tipo de plantas como olivo negro, mezquites y palmas, en realidad una bacteria acabó con la siembra de naranjos.

Si alguien quisiera sembrar un naranjo en el patio de su casa no podría, pues la venta está prohibida en viveros desde hace años.

¿Cómo se llegó a esto? Proyecto Puente investigó la historia, el auge, el declive y los motivos por los que Hermosillo dejó de ser “La Ciudad de los Naranjos”.

Villa de Seris y los hermanos Pavlovich

Aun cuando se desconoce la fecha exacta del cultivo de la naranja en tierras sonorenses, se conoce que es con los misioneros jesuitas su introducción y varios textos que datan de los años de 1840 y 1850 en adelante lo muestran.

De acuerdo con el historiador Miguel Ángel Grijalva Dávila, quienes volvieron famosa la naranja hermosillense fueron los hermanos Felipe y Lucas Pavlovich, migrantes de Austria que llegaron en 1894.

“Primero estuvieron en California, luego llegan a Hermosillo a trabajar en campos de naranjas y tenían conocimiento de este fruto porque allá había muchas y la entrada de la naranja a México había sido mediante California”.

Explicó que los hermanos empezaron como empleados en campos locales y con los años se volvieron los dueños del mayor número de fincas que estaban principalmente en Villa de Seris.

Según el historiador el “boom” de la naranja Hermosillense fue entre 1900 y 1910 durante el Porfiriato gracias al crecimiento de las vías del ferrocarril en Sonora. Grijalva Dávila detalló que los hermanos Pavlovich también eran dueños de El Tazajal y fueron los primeros en exportar naranjas y venderlas tanto en México como en Estados Unidos y Canadá.

“Los Pavlovich llegaron a tener fama porque en el negocio de la naranja se le apostaba mucho a la rapidez y había que ganarle a California y Florida. Ellos les ganaban y también tenían una empacadora de muy alto nivel”, agregó.

El escudo municipal, los Naranjeros de Hermosillo y en toda la ciudad. El historiador dijo que con la Revolución Mexicana comenzó la crisis que ralentizó el mercado algunos años y posteriormente, para 1935 ó 1940, volvieron a repuntar logrando que Hermosillo tuviera el tercer lugar de producción a nivel nacional.

Entonces Hermosillo comenzó a conocerse como “La Ciudad de los Naranjos” y este fruto se volvió el símbolo, tanto que en 1961 que se adoptó el escudo municipal de la ciudad este fruto aparece siete veces.

Años antes el equipo local de béisbol, que anteriormente se llamaba Queliteros de Hermosillo, había cambiado nombre por Naranjeros de Hermosillo en 1952.

Árboles de naranja agria comenzaron a sembrarse en lugares públicos como plazas, camellones y escuelas, además por fuera de las viviendas también eran comunes.

En la plaza Emiliana de Zubeldía, casas y escuelas de la colonia Centro y Centenario, así como en los bulevares Rodríguez y Gómez Farías todavía quedan algunos de pie.

El declive

Sin embargo con el paso del tiempo los árboles de naranjo así como otras especies dejaron de sembrarse por motivos de la sequía y porque las personas prefirieron tener casas y negocios con más estacionamiento.

“Observemos en los bulevares principales como Navarrete, Colosio, Morelos, Solidaridad, los negocios eliminaron por completo los árboles para hacerse visibles y tener espacio para estacionamiento”, dijo la investigadora María Magdalena Bernal Grijalva.

La especialista en Gestión Integral del Agua explicó que para su investigación visitó 112 parques de Hermosillo para censar qué tipo de árbol era el más común y encontró que el Olivo Negro y el Mezquite son los más comunes.

“El naranjo agrio es la tercer especie con mayor abundancia, está en parques en su mayoría en las colonias antiguas del Centro y en los nuevos desarrollos su presencia es nula”, destacó Magdalena Bernal.

Destacó también aunque la presencia de naranjos ya no es tan usual en Hermosillo como lo fue hace unos años sigue siendo un tema que llama la atención para gente de fuera.

“Hace tres años en un congreso del Colegio de Sonora, entre los comentarios que recibí hubo una persona de Yucatán que me dijo que se le hacía curioso que hubiera naranjos agrios en los camellones de la ciudad y que el fruto estaba tirado, mientras que en Yucatán vendían cada naranja agria a cinco pesos”, comentó Magdalena Bernal.

Tragón amarillo, la plaga que los afectó

¿Por qué si el naranjo era el árbol representativo de Hermosillo, los gobiernos municipales dejaron de promoverlo y además la oferta de esta planta en los viveros locales es nula?

De acuerdo con Ricardo Ramonet Rascón, presidente en Sonora del Comité de Sanidad Vegetal esto se debe a que en 2009 llegó una bacteria a México llamada “HLV de los cítricos” o conocida también como tragón amarillo.

Esta bacteria que afecta a las plantas de naranjo es transmitida por un insecto pequeño originario de China que primero llegó a Brasil y posteriormente afectó la agricultura de plantaciones de naranja en Florida.

La plaga provocó una disminución del 70% de la producción de naranjas en Florida, lo cual impactó económicamente, sin embargo, cuando se presentó en México por primera vez, en Quintana Roo, rápido se diseminó por todo el país.

“En Sonora se detectó por primera vez hace once años y se tuvieron que establecer acciones para evitar que se propagara en campos agrícolas”, comentó el presidente del Comité de Sanidad Vegetal.

Evitar venta, siembra y compra ilegal

Para evitar la propagación en Sonora primero se dejaron de sembrar naranjos en camellones y después se ejercieron acciones legales para regular la venta en viveros y evitar que se plantaran naranjos en casas.

“Los naranjos tienen que venir de viveros certificados porque las plantas deben estar bajo protocolos rigurosos que consiste básicamente en asegurar que los cítricos vienen libres de la enfermedad”, dijo.

Ricardo Ramonet señaló que ninguno de los viveros locales pasaban esa certificación, pues implica inversión muy cara y responsabilidad en caso de que los naranjos traigan la enfermedad.

Hoy en día las principales plantaciones de naranjo de Sonora se encuentran en la costa de Hermosillo, en el Valle de Guaymas, en el Valle del Yaqui y en menor cantidad en Navojoa.

¿Volverá Hermosillo a ser La Ciudad de los Naranjos?

Para el director del Comité de Santidad Vegetal en Sonora, podrían pasar años antes de que se levante la restricción, sin embargo tanto en México como en Estados Unidos se llevan a cabo investigaciones para controlar la enfermedad que afecta a los cítricos.

Un punto positivo es que Sonora es de los estados donde hay menos presencia de esta bacteria, lo cual significa que han surtido efecto las medidas tomadas como evitar la venta de estos arboles en viveros así como verificar que no se introduzcan de estados como Sinaloa o Estados Unidos.

“En un futuro no muy lejano podría haber una solución para controlar esta enfermedad, pero hoy si se detectan y no están certificados, se decomisan. Sin embargo, si cuentan con sus papeles y documentos sí se pueden comprar y sembrar”, finalizó.

 

 

 

Con información de Proyecto Puente