En la carrera por conseguir la vacuna contra el nuevo coronavirus, algunos países ya han pasado a la tercera fase de pruebas clínicas, la final, en la que prueban las dosis en candidatos voluntarios y estudian los resultados. Se trata, por ejemplo, de la desarrollada por el Centro de Investigación de Vacunas de EEUU y la compañía Moderna, con sede en Cambridge (Massachusetts). Pero no es la única candidata a ocupar el primer puesto: en Rusia, la Universidad de Séchenov (Moscú) ya ha comenzado los ensayos en militares voluntarios. De hecho, ya han trascendido los primeros resultados de los ensayos.
Uno de los voluntarios en el ensayo de la compañía Moderna, un joven de 29 años llamado Ian Haydon, de Seattle, ha sufrido una reacción adversa a la dosis. Según cuenta el diario médico ‘STAT’, 12 horas después de recibir la segunda dosis, Haydon desarrollo fiebre alta, por encima de los 39,5º, y tuvo que acudir a un centro médico. Tras ser dado de alta en Urgencias, se fue a su casa, donde se desmayó.
“Por qué me he presentado voluntario para ser ‘cobaya’ de la vacuna del Covid-19”
“Entiendo que compartir mi historia va a ser aterrador para algunas personas”, ha expresado a las cadenas de televisión CNN y CNBC, y añade: “Espero que no genere ningún tipo de antagonismo hacia las vacunas en general o incluso hacia esta vacuna”.
Además, explica que ha querido narrar su primera experiencia con la intención de que “contrarreste la desesperación que algunas personas sienten por lanzar una vacuna al mercado, independientemente de las consecuencias”. “Hay que encontrar una dosis que haga que el cuerpo produzca anticuerpos, pero que no provoque demasiados efectos secundarios”, concluye el joven.
Una vez seleccionado, además de numerosas pruebas físicas y análisis de sangre para comprobar que su estado de salud era óptimo, Haydon tuvo que firmar un consentimiento informado de más de 20 páginas, que el propio personal de la clínica leyó junto a él para asegurarse de “que sabía a lo que me estaba presentando voluntario”. No hubo marcha atrás y entró en la lista de 45 seleccionados, voluntarios adultos de entre 18 y 55 años, según detalla la propia compañía en un informe publicado en su página web. Los voluntarios reciben 100 dólares por cada visita a la clínica, unos 1.100 dólares en total. Recibieron cientos de solicitudes. Haydon se considera afortunado por haber sido seleccionado.
“Algunos de mis amigos están incluso un poco celosos. Sé de algunos que también se apuntaron [al ensayo clínico] para participar en este extraño viaje”, bromea Haydon.
Recibir la primera inyección tomó solo unos segundos, pero la visita a la clínica duró al menos tres horas. Además de varios análisis de sangre previos a la primera dosis, “luego tuve que esperar durante al menos una hora allí mismo, solo por si acaso desarrollaba una reacción negativa inmediata al compuesto”. “La experiencia fue como una visita normal a una clínica, con la excepción de que todo el mundo llevaba mascarillas, yo incluido”, rememora.