Sonora, MÉXICO.- Desde que surgió el brote de COVID-19 o SARS-CoV-2 (en inglés, severe acute respiratory syndrome coronavirus 2), junto con él vinieron mitos y realidades de que su transmisión era causada por especies de animales silvestres como murciélagos, serpientes, pangolines, entre otros.
El origen de todo el tema tiene su lugar en un mercado de Wuhan conocido como “Mercado Mayorista de Mariscos”, ubicado al Sur de China, en la provincia de Hubei. De ahí y de imágenes que circularon en redes sociales y distintos medios de información es de donde se cree, y valga remarcar ‘se cree’, que surgió el brote del nuevo coronavirus que asola a la población mundial.
Aunque aún no hay nada demostrado, la creencia de que el virus provino de este mercado radica en que en ese lugar se venden animales silvestres para consumo humano. Y los murciélagos son unos de ellos.
Una especie polinizadora y controladora de plagas
La bióloga Verónica Maldonado, que coordina actualmente el programa de Educación Ambiental y Liderazgo Comunitario en el Centro de Estudios Culturales y Ecológicos Prescott College A.C. en Bahía de Kino; indicó que en Sonora hay 38 de las entre 138 y 140 especies que habitan en México, mientras que en el mundo existen alrededor de mil 400 especies de murciélagos.
La especialista realizó monitoreos de fauna, sobre todo con murciélagos, principalmente en las áreas naturales como la reserva de Ajos-Bavispe, reserva los Fresnos en Cananea, Reserva Jaguar del Norte en Sahuaripa y en Sierra de Álamos por medio Naturalia A. C.
En entrevista para La Voz del Pitic, Verónica Maldonado nos explicó que, en la región, las especies de quirópteros son de hábitos nocturnos y varían en su alimentación, “siendo principalmente de mayor a menor: insectívoros, nectarívoros, frugívoros, una sola especie de hematófagos (alimentan de sangre) y una especie piscívora (come peces) endémica de lslas de Golfo de California.”
Sin embargo, pese a la creencia de que los murciélagos no ven en el día, la bióloga nos comenta que este es un mito, puesto que la realidad es que son especies nocturnas, las cuales toman ventaja de algunos depredadores para no competir por su alimento.
“Incluso podemos encontrarlos en la ciudad alimentándose de palomillas, grillos, cucarachas y otros insectos o arácnidos. También en las palmas datileras o polinizando agaves y cactáceas”, señala Maldonado.
Y añade:
“Pero como son de hábitos nocturnos tienen su actividad cuando nosotros nos encontramos dormidos. Por eso, las personas no están familiarizadas con ellos.”
¿Pueden los murciélagos transmitir el virus?
Todos los murciélagos son animales indefensos, cuyas características físicas y morfológicas son principalmente para alimentarse y no para defenderse, nos destaca la especialista. Por lo que todo instinto de un animal silvestre será huir al ver a un humano. Y será a menos de que se vea amenazado, que intentará defenderse.
Por otro lado está el hecho de que se ha convertido a los murciélagos en el blanco de los señalamientos de la transmisión del nuevo coronavirus y, ahora, el virus Nipah (VNi).
“Esto como miles de virus en distintas especies de animales”, refiere la bióloga al aspecto de que hay más especies de animales que son portadores de virus, y no sólo los murciélagos.
Maldonado nos dice que los murciélagos pueden ser portadores de virus y a ellos no afectarles. Pues una enfermedad “puede llegar a transmitirse a algunos humanos debido a la recombinación del virus y que nosotros si poseemos de receptores celulares para que se manifieste”.
Es por ello que un virus pueden provenir de animales que viven con él sin verse afectados y, es el ser humano al tener contacto directo o indirecto con el entorno de estas especies, adquiere y desarrolla en sí una enfermedad que puede resultar de riesgo.
Pero el aspecto más importante es cómo el ser humano es el que impacta para que se den estas situaciones.
De acuerdo con la técnico en monitoreo, las transmisiones puede llegar a ser bidireccionales, debido a que se han reportado algunos casos de humanos que entran a refugios de animales, impactan los ecosistemas o destruyen sus hábitats.
“Si el humano ingresa a su hábitat o refugio, o peor aún se lo come, este posee esas células receptoras para que el virus pueda ser capaz de manifestarse en él.
“Creo que todo este problema a causa de enfermedades por virus es meramente debido a que el humano, cada vez más en su afán de satisfacer sus necesidades, va acaparando y demandando más de la naturaleza, sin tener consideraciones ni remediaciones con la misma”, expresa Maldonado.
Y considera:
“Todo cambio o impacto que nosotros hagamos en el ambiente afecta de manera positiva o negativa. Tenemos que ser más conscientes en nuestros actos y más respetuosos con nuestro entorno”.
La convivencia entre el ser humano y la especie
Para la bióloga Verónica Maldonado “es muy importante que los medios estén dando a conocer la importancia de estos animales y que todo daño que ocasionemos a los mismos va a repercutir en el ambiente y en general en varios aspectos de la vida humana.”
Opina que es gracias a esta especie polinizadora que podemos disfrutar de algo tan rico y único como lo es la fruta de la pitaya o también podemos tener los agaves que se dan gracias a la fertilización de los murciélagos. Pero lo más relevante es dejar de un lado la creencia “satanizadora” hacia unos mamíferos que van a la par de la humanidad y que sólo cumplen su función en el ecosistema.
De ahí la importancia del respeto hacia las especies.