Hermosillo, SONORA.- Omar “El Tato” Balderrama Figueroa creció en la capital hermosillense, pero en una cancha de basquetbol de la colonia Nacameri, alrededor de un ambiente lleno de drogas, se inspiró a ser activista para ayudar a personas con problemas de adicción.
Dentro del seno de su familia hubo consumo de drogas, una experiencia que lo marcó para siempre, pues fue testigo de cómo se desintegró debido a estas adicciones.
Sus padres se divorciaron cuando apenas era un niño, por lo que “Tato” se refugió en los juegos de basquetbol y futbol de su barrio, en los patines que echaba a andar por la calle Río Grande de la colonia Nacameri y en la música rap.
“Cuando mis padres se divorciaron yo me quedé a vivir con mi papá, toda mi niñez la viví aquí en este barrio. Allá está la cancha, que prácticamente era como mi segunda casa y por esta calle, la Río Grande, yo aprendí a andar en bicicleta y en patines, aquí fueron mis primeros inicios de todo”, contó Omar.
Al paso del tiempo, Omar poco a poco fue conociendo su vocación: ayudar a personas necesitadas, una labor que ha desempeñado por más de 15 años, pues siempre ha estado inmerso en el trabajo social.
El “Tato” también fue voluntario de Movimiento Ras por los niños con cáncer y pronto comenzó a cosechar éxitos gracias a su desinteresado amor por el altruismo, ya que recibió en dos ocasiones el Premio Estatal de la Juventud (2012 y 2013) el Premio Municipal de la Juventud (2011) y el Premio de la Filantropía (2014 y 2019).
Inspirado por realizar este trabajo humanitario durante gran parte de su vida, Omar fundó el centro comunitario “Amor y Convicción”, en el cual se brinda asesoría computacional a adolescentes vulnerables como una forma de prevenir adicciones.
Este centro está situado en la calle Francisco Javier Mina no. 248, de la colonia Piedra Bola, fue inaugurado en febrero de 2018, ahí también se dan clases gratuitas de futbol, karate, dibujo y autoayuda a estos jóvenes.
“Para mi la neta no tengo un sentimiento de muy alegre, sino más bien siento mucha responsabilidad sinceramente porque uno transita en muchos lugares donde de repente puede cometer muchos errores y la raza hoy en día no te perdona nada, entonces muchas veces me pongo a pensar y qué buena onda que Sonora tiene un representante de la Organización Mundial por la Paz…
“qué bien está eso, qué suave que este organismo internacional tenga una oficina en nuestro estado, qué macizo poder representar a Sonora y desde la Nacameri salió un representante mundial por la paz, qué buena onda demostrarse a muchos morros que sí se puede lograr y poner tus orígenes en lo alto y en el mapa, eso está muy padre”, abundó.
Al ser Embajador de la Paz en Sonora, Omar contará con el apoyo de la Organización Mundial por la Paz para desarrollar sus proyectos humanitarios con distintos protocolos, y así llevarlos a cabo.
Con información de Proyecto Puente