¿Dinosaurios en la presa Abelardo L. Rodríguez?

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EL SOL DE HERMOSILLO._

El fotógrafo Alexander Potiomkin consiguió lo impensable, traer de regreso a la vida a los dinosaurios y además traerlos a Hermosillo gracias a la magia de su lente

Una imagen nunca antes pensada, ya que la presa Abelardo L. Rodríguez se encuentra sin agua, el terreno totalmente seco permitió vislumbrar algo que nadie se esperaba y donde ahora dominan todo el panorama esa especie de silos que recurrentemente se encontraban sumergidos en el centro de ese vaso gigantesco al oriente de la ciudad de Hermosillo.

Un par de dinosaurios de gran tamaño se pueden distinguir en una imagen que circula por internet, pero no se trata de algún fósil que haya estado ahí enterrado, sino un par de ejemplares prehistóricos del periodo Mesozoico vivos y rebosantes, que observan hacia el horizonte como buscando algo de alimento.

Así lo vislumbra el artista de la lente Alexander Potiomkin, creando una imagen realmente asombrosa por lo real que se observa, pero lo que hizo fue una recreación a escala, utilizando como fondo esa parte de la ciudad para, jugando con lalente, realizar un montaje fotográfico con dos modelos de estos animales que se extinguieron hace millones de años.

Paisaje post apocalíptico

Para este ejercicio gráfico el fotógrafo utilizó los modelos V-Rex de King Kong, película del 2005 y el Carnotaurus Demon, ambos de la marca Nanmu, un estudio de figuras de acción de China que se especializa solo en dinosaurios y utilizó la locación de la presa pues es un sitio que le agrada por su look post-apocalíptico y que visita con frecuencia para caminar y tomar fotografías.

“La técnica que usé se llama ‘perspectiva forzada’, y se ha utilizado desde los inicios del cine. Consiste en colocar elementos de diferentes escalas en distintos planos y enfocar todo lo mejor posible, creando así la ilusión de que todo está integrado en una misma escena. Llevaba días pensando en cómo tomar la foto; solo necesitaba el día perfecto: ni muy nublado ni muy soleado”, relató el fotógrafo.

Alexander Potiomkin es un fotógrafo mexicano nacido en Rusia pero radicado en Hermosillo, Sonora. Se especializa en fotografía publicitaria, retrato editorial y de modas. Estudió Ciencias de la Comunicación en la Universidad de Sonora y desde muy pequeño siempre le han interesado las cámaras, la fotografía y el cine y desde el 2010, se ha dedicado a la fotografía publicitaria y comercial.

Proceso montaje dinosaurios

“Después de encontrar el ángulo perfecto, monté mi trípode en función del fondo y la luz. Luego decidí la posición del V-Rex y después la del Carnotaurus. Como las figuras están a diferentes escalas, pude jugar con los planos, fotografié todas las opciones posibles que podrían servirme en la composición. Como podrán ver en las imágenes del detrás de cámaras, dos elementos clave para lograr realismo fueron la tierra bajo sus pies y la sombra proyectada, en especial la del Carnotaurus sobre la estructura de concreto”, detalló Alexander..

Posteriormente, realizó la edición de esas fotografías, cuidar cada detalle para dejarlas como si se tratara de una imagen real con los dinosaurios presentes en Hermosillo y el resultado es asombroso, se puede decir que est6as fotografías son una amalgama de varias técnicas, algunas viejas y otras más modernas, como la perspectiva forzada, composición digital e inteligencia artificial.

Su pasión por los dinosaurios

Desde pequeño desarrolló ese gusto por estas increíbles especies y fue cuando vio en 1993 por primera vez la película Jurassic Park, le impactó muy fuerte y  marcó el inicio de esa conexión irrompible que se mantiene hasta el momento, al grado de que, por citar un ejemplo, su disfraz de Halloween del año pasado fue el del protagonista de esa película el paleontólogo y explorador Alan Grant.

“Crecí jugando con los pocos juguetes de dinosaurios que mis padres pudieron comprarme. Eran un verdadero tesoro para mí, figuras con las que recreaba escenas de la película o inventaba mis propias historias. Aunque no tenía la colección completa que deseaba, cada figura significaba algo especial. Con el tiempo, esos juguetes quedaron en el pasado, pero el interés por los dinosaurios nunca desapareció”, aseguró.

Hoy, como adulto, se ha propuesto completar la colección que de niño no pudo tener, cada nueva pieza no es solo un objeto de colección, sino también un recordatorio de aquellos tiempos y ver esa colección crecer es como revivir una parte de aquella infancia y jugando con lo que es su profesión y esa vieja pasión ha conseguido recrear experimentos exitosos como este tipo de montajes.